Frase evangélica: «Andaban como ovejas sin pastor» l

1. Jesús se preocupa al mismo tiempo de los «apóstoles» y de la «muchedumbre». Por una parte, los discípulos tienen necesidad de retirarse de vez en cuando a un «lugar  desierto y apartado»: su actividad les agobia y puede hasta desfondarlos; Jesús les invita a  descansar, para recuperar precisamente el sentido de la misión. Por otra parte, la muchedumbre es digna de «lástima», porque no están a su cargo buenos servidores ni  tienen los pobres qué comer. Jesús les multiplicará el pan y será el supremo servidor. Y el pueblo, naturalmente, sabe «reconocer» a sus propios pastores, es decir, a los que tienen gestos reales de justicia y pronuncian palabras proféticas de verdad.

2. El compromiso precede a la palabra, y la vida cristiana está antes que la reflexión. Pero la enseñanza cristiana del evangelio va ligada a la acción en función de las necesidades del  pueblo; el Evangelio no es para unos cuantos privilegiados, sino para todos. Sin embargo, e pueblo siempre está abandonado a su suerte, y en tiempos de Jesús se encontraba  despojado de sus propias tierras, alejado del templo y de la sinagoga por impuro,  despreciado por sus propios jefes por ignorante, y desorientado por los falsos mesías.

3. La tarea pastoral es evidente: hacer que el pueblo sea pueblo de Dios en estado de comunidad. De ordinario, el pueblo está sin organizar, escaso de recursos, aquejado de  padecimientos indebidos y manipulado por los que se consideran sus servidores, pero que,  de hecho, actúan como amos. A la inculturación popular del mensaje se une la encarnación de los apóstoles en el seno del mismo pueblo. Una Iglesia que no es del pueblo no es  verdadera Iglesia.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Es nuestra Iglesia una Iglesia del pueblo?

¿Están nuestros pastores al servicio del pueblo?