Domingo 28º del Tiempo Ordinario – Ciclo A

Mateo 22,1-14:
En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: “Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda.” Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: “La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda.” Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?” El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: “Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.” Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.»

Palabra del Señor

Cada vez resulta más atractivo y productivo el estudio de los evangelios. Y si es demasiado trabajo todo el evangelio, al menos el estudio del evangelio dominical. Un caso muy concreto es el de este domingo. Las parábolas son un tipo de comparaciones breves inventado por Jesús para explicar, por medio de parábolas, el nuevo reino que anuncia. Pero esas breves parábolas (comparaciones) con el tiempo, se van ampliando literariamente por las mismas comunidades cristianas y transformadas en alegorías. Así las recogen los distintos evangelistas. Entre Jesús y nuestros evangelios pasan cuarenta o cincuenta años. Hoy trabajamos para llegar, si es posible, a las palabras más exactas del Maestro. En el caso de hoy, parece que esto es lo más cercano a Jesús:

“Un hombre hacía un gran banquete, e invitó a muchos. Y envió a su esclavo a la hora del banquete a decir a los invitados: “Venid, porque ya están preparadas las cosas”. (Uno se excusó por razón de su) campo. (Y otro se excusó por razón de sus negocios). Y llegado el esclavo anunció a su señor estas cosas. Entonces, el dueño de casa airado, dijo a su esclavo; “Sal a los caminos y llama a quienes encuentres, para que se llene mi casa”.

Estos son los versículos copiados por Lucas y el evangelio de Mateo del documento más antiguo, el famoso documento Q.

“Reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?”

No cuadra con la parábola o alegoría básica. Porque es otra parábola, metida dentro de la básica. Aunque las dos se dirigen a las autoridades judías que rechazan la invitación al anuncio de Jesús.

“Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.”

Esto se escribe por la comunidad de Antioquía, al sur de Siria, después del desastre de Jerusalén, tomada ya por los romanos, donde hubo mucho llanto y rechinar de dientes.

Luis Alemán Mur