Salmo XXVI

R/. El Señor es mi luz y mi salvación

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por los días de mi vida;

gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.

Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.

Cualquier padre a su hijo, cualquier abuelo a sus nietos. ¡Son tantas las dificultades, es tanto el cansancio al caminar! Que todo hombre necesita el aliento para vivir y no hundirse. ¡Mucho más para esperar en el Señor!

El Señor es la defensa de mi vida

El ejemplo de nuestros mayores es el mejor de los catecismos.

Espera en el país de la vida

Esa es la fe de un cristiano. Allí no nos esperan turbas de vírgenes.  Nos esperan los que se alimentaban de las migajas que caían de las mesas de los ricos.

Luis Alemán Mur