Salmo CXLIV

R/. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

 

“Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey”.

Pocas cosas hieren tanto como oír que alguien maldice a Dios. Y puede que por diferentes explicaciones sea ese el recurso de algunos. Si solo sale de los labios por mecanismo, no suena bien. Si brota del corazón, habría que preguntar que cree que le ha hecho Dios.

“Que proclamen la gloria de tu reinado. Explicando tus hazañas a los hombres”

Durante mucho tiempo, los creyentes nos dedicamos a proclamar su justicia, su Ley sus condenas eternas. ¿Quién no dio permiso para ello?- El poder, los poderosos. Los que se sintieron dueños del reino del Padre.

¡Tremenda responsabilidad la de los funcionarios del Reino, que persiguieron a los hombres!

Luis Alemán Mur