Semana de oración por la unidad de los cristianos

“La falta de unidad que nos aqueja”, clave en el fin de la Cristiandad

Los obispos lamentan “el avance de la descristianización de Europa” y “la pérdida de identidad cristiana del Occidente”


“La falta de unidad que nos aqueja” es una de las claves del “avance de la descristianización de Europa” y de “la pérdida de identidad cristiana de Occidente”. En su mensaje para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que se celebra del 18 al 25 de enero próximos, los obispos españoles lanzan un mensaje de preocupación ante el proceso de pérdida de fe de las sociedades europeas.

En su mensaje, titulado ‘Hemos visto brillar su estrella y venimos a adorarlo’, los obispos lamentan “la falta de unidad que nos aqueja” que “resta significado a nuestra presencia en el mundo”, como se observa en “el avance de la descristianización de Europa” y en “la pérdida de identidad cristiana del Occidente, cuya cultura y comprensión de la vida, del origen y destino del ser humano no podría entenderse sin la referencia de su propia historia al Evangelio”. 

“Nuestras dificultades para mantener la unidad visible de la Iglesia no pueden hacernos olvidar la urgencia del mandato de Cristo, porque la salvación es el destino universal de todos los seres humanos; y para que la salvación alcance a todos es preciso darles a conocer la verdad que se le ha confiado a la Iglesia”, recalca el texto, que hace referencia a la llegada de los Magos de Oriente y su adoración común al Mesías.

Ideologías totalitarias

“El texto sagrado vislumbra el esplendor del futuro, cuando la llamada de Dios a los pueblos encuentre la respuesta de quienes son convocados a la unidad en el reconocimiento y adoración del único Dios”, señalan los obispos, que constatan que “el cristianismo se recupera en los países que fueron sometidos a las ideologías totalitarias del pasado siglo XX, que ocasionaron sufrimientos inmensos, que llegaron a alcanzar a naciones enteras, en las cuales la prohibición de la práctica religiosa y la educación atea apartaron de la fe a las nuevas generaciones”.

“Se trata de una recuperación, un objetivo irrenunciable de la nueva evangelización, que al mismo tiempo pugna por recobrar a cuantos en Occidente son víctimas de la ideología del materialismo relativista, que ha conducido a amplios sectores de la sociedad al agnosticismo y a la pérdida de la conciencia moral cristiana”, añade el mensaje, que invita a esos sectores “a abrirse a la luz poderosa del Evangelio, simbolizada por la estrella que guio a los Magos hasta Jesús, porque la luz de Cristo sigue alumbrando las oscuridades de las personas y de los pueblos, sin que se extinga el hambre de Dios”.

Y es que, añaden, la universalidad del Evangelio “mira tanto a los países de misión como a las sociedades de los países antes cristianos y hoy en la frontera del indiferentismo, donde tanto han disminuido las comunidades cristianas confesantes y de práctica religiosa”.


“No perder el tiempo”

La Iglesia española reivindica “el camino propuesto por los grandes apóstoles del ecumenismo”, y advierten: “Sin renunciar a la búsqueda permanente del acuerdo sobre la fe que creemos, si ocupamos el tiempo debatiendo la solución de nuestras desuniones y descuidamos el anuncio de la salvación en Cristo tampoco llegaremos a alcanzar la unidad visible que Cristo quiso para su Iglesia”.

Porque, opinan, “en la medida en que nuestra obediencia en la fe a su mandato sea más fiel a la voluntad de nuestro Redentor, en esa misma medida el crecimiento de la Iglesia y su implantación en el mundo ayudarán a reconstruir la unidad perdida de los cristianos”.

Cristianos del Próximo Oriente

En esta semana, los obispos piden tener especialmente presentes “a los cristianos del Próximo Oriente, que forman parte de las distintas Iglesias orientales antiguas y ortodoxas bizantinas, de las Iglesias orientales unidas e integradas como Iglesias particulares en la comunión católica”.

“Este mosaico de Iglesias y Comunidades eclesiales se esfuerza por mitigar los enfrentamientos políticos y las acciones de guerra y violencia que no cesan y que tanto han afectado a la sociología cristiana en el gran escenario de la historia sagrada”, apunta el texto, que recuerda cómo “la Tierra Santa desde muy pronto vio crecer las comunidades cristianas y la Iglesia madre de Jerusalén se convirtió desde el origen en referencia de la Iglesia universal”, pese a que hace más de medio siglo, “a causa de los conflictos bélicos del escenario geopolítico del Oriente Próximo, por la emigración y la huida de tantos miles de refugiados“, la presencia cristiana ha disminuido considerablemente.