Es la pregunta que ha servido de mofa para no creyentes. Es la pregunta que ha torturado a intelectuales creyentes. Es la pregunta de cuya respuesta depende nuestra fe de andar por casa. Es una pregunta que para los cristianos es similar a ¿Dios existe?

Sin embargo, detrás de esa pregunta hay otra tan difícil o igual a la que tampoco encontramos respuesta sin acudir a la fe ¿cómo actúa Dios?

La existencia del Universo es la existencia de unas leyes físicas que son porque Dios es. Los seres humanos son porque son libres. No es posible imaginar a Dios teniendo que recurrir a los estados de excepción suprimiendo leyes y libertades para entrar él en acción.

Es problema de sesudos pensadores al estilo de Torres Queiruga o Juan Antonio Estrada. Conviene leerlos, pero sin olvidar la fe ingenua de infancia: Dios es. El sabrá cómo es.

Eso de que el Espíritu Santo elige al nuevo papa, puede fomentar el cachondeo entre no creyentes y creyentes. Eso de echar la culpa a Dios por los resultados es tan infantil que parece mentira que señores tan solemnemente vestidos de rojo lo repitan una y otra vez. O no saben teología o no tienen fe o buscan un burladero.

Lisa y llanamente: Se trata de vivir creyendo que Dios actúa en la Historia y en nuestra historia.

Se trata de creer que el aliento de Dios se cierne sobre, y en, el baile bellísimo del Universo.

Se trata de creer que Dios late en el misterioso nano-mundo del sub-átomo.

Se trata de vivir creyendo que Dios acompaña, junto a mi libertad, el sueño de mi realización.

Se trata de vivir en la certeza de que, para el que tiene fe, la soledad no es posible.

Quizá sea más bella la respuesta que algún día, cuando todo sea luz, nos den a la pregunta de cómo actúa Dios, que la respuesta a si Dios existe.

Luis Alemán Mur