Detrás, existe un diseño: Jesús.

 

Elija: O cree usted en un final diseñado; O, simplemente, esto es un caos.

Jesús, el judío, hijo de María y José, nacido en Nazaret, es el diseño, la plenitud del proceso, el prototipo realizado, la consecución del proyecto.

La consecución del Hombre-Humano. En él (en Jesús) quedan o pueden quedar superadas todas las amarguras, y los dolores producidos por esta fantástica y traumática gestación a lo largo de todas las edades, de todos los tiempos. Jesús dará sentido al sinsentido. En él esperamos con esperanza. Jesús es la respuesta. Jesús es el “Salvador” ante tanta angustia de gestación, ante tanta pregunta.

Por él (es decir, de acuerdo a ese diseño) fueron hechas todas las cosas. La muerte –inevitable por lo visto para todo lo que tiene un comienzo– quedó superada en Él. No eliminó la muerte. Porque no se trata de eliminar la creación sino de vencer a la muerte. Con Él, todo acaba en el Padre o vuelve al Padre.

El miedo, la angustia, la ansiedad que nos produce no tener la razón de nuestra existencia en nosotros; Pegados a la historia que parece no contar con rutas de viaje; En una naturaleza, cuyas reglas de crecimiento y expansión, no acabamos de conocer; Todo acrecentado por nuestra falta de perspectiva. No comprendemos el sentido de tanta belleza junto a tanto desastre, tanta vida junto a tanta muerte, tanta abundancia y derroche junto a tanta necesidad y tanta hambre. ¿Por qué, para qué es todo esto? No sólo hablo del desastre y las incógnitas que nos rodean. También hablo del desastre e incógnitas que llevamos cada uno dentro de nosotros.

La respuesta cristiana necesariamente implica a Jesús: Eso es cristianismo: la aportación de Jesús a la humanidad. Vencemos a la muerte y al miedo en, por y con Él. Jesús da sentido a la Creación, a la de ayer y a la que amanece hoy.

Pero Jesús no es sólo modelo para cristianos. Ni solo para Occidente. Es prototipo de Hombre para los hombres. En muchos rincones, lejanos y perdidos, emergen hombres, mujeres que se acercaron, conscientes o desconocedores, al prototipo Jesús de Nazaret.

¡La tierra está llena de Cristos anónimos! Tan anónimos que ni ellos se han enterado de que son ellos los que han realizado la pretensión del Creador.

Según nuestra fe, en Jesús se une toda la Humanidad y toda la Divinidad. Cada uno de nosotros, habrá descubierto, descubrimos diariamente personas, con una plena humanidad. Si es así, estén seguros de que Dios está con ellos. Donde existe humanidad existe divinidad. Creo que lo dice incluso el evangelio según Mateo.

 

Luis Alemán Mur