Domingo XI del Tiempo Ordinario

Marcos (4,26-34):
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha. Les dijo también: « ¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra.» Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.

Palabra del Señor

¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar?

Jesús el galileo era un israelita muy del pueblo. Muy creyente en Yahvé. Sentía un impulso o lo que hoy llamamos vocación de divulgar el reino de Dios. Llegó a convertirse en el gran mensajero de Dios. Cuando niño creyó tener que quedarse en el Templo para estudiar las cosas del Padre con el consiguiente susto de sus padres. No parece que el Templo fuera una buena facultad de teología. Pero él venía de un pueblo analfabeto. Su facultad de teología fue la naturaleza y la vida. Allí estaba la huella de Dios.

El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra

Pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas.

Hubo grupos de creyentes que huyeron a conventos y otras soledades. ¿Acaso Dios vive en los conventos? ¿Es necesario huir del hombre para hablar con Dios? Que se consulte a la historia.

Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.

Luis Alemán Mur