El enfado de Francisco, ante la muerte de otros 130 migrantes en el Mediterráneo”

Durante dos días enteros imploraron, en vano, ayuda. Una ayuda que no llegó


El cadáver de una de las víctimas

 

“Os confieso que estoy muy dolido por la tragedia que, una vez más, se ha consumado en días pasados en el Mediterráneo…”, y el Papa guardó silencio. “130 migrantes murieron en el mar. Son personas, son vidas humanas, que durante dos días enteros imploraron, en vano, ayuda. Una ayuda que no llegó”. Nuevo silencio.

“Hermanos y hermanas: preguntémonos sobre esta enésima tragedia. Es el momento de la vergüenza. Recemos por estos hermanos y hermanas, y por los muchos que siguen muriendo en estos viajes dramáticos. Recemos también por aquellos que pueden ayudar, pero que prefieren mirar hacia otro lado

“Jesús defiende, conoce y ama a cada una de sus ovejas”. Por segundo domingo consecutivo, Francisco se asomó al balcón de la plaza de San Pedro, de nuevo abierta al público, para rezar el Regina Coeli. Mañana soleada, en la que cada vez son más los fieles que, manteniendo las distancias, se animan a acompañar a Bergoglio en la oración del mediodía. Bendita normalidad, que poco a poco, parece ir avanzando, al menos en el Vaticano.

Mártires del Quiché

Tras la bendición, Francisco recordó que este viernes fueron beatificados los ‘Mártires del Quiché’, “asesinados entre 1980 y 1991, tiempos de persecución contra la Iglesia católica, comprometida por la defensa de los pobres”. “Fueron heroicos testigos de justicia y de amor. Su ejemplo nos haga más generosos y valientes en el vivir el Evangelio, un aplauso a los nuevos beatos”.

Francisco también pidió por las víctimas de las erupciones de varios volcanes, y del incendio de un hospital de enfermos de Covid-19 en Bagdad, hasta el momento son 82 muertos. Bergoglio también pidió oraciones por las vocaciones, y por los nueve nuevos sacerdotes ordenados este domingo en San Pedro. “Pidamos al Señor que multiplique las vocaciones”.