Frase evangélica: «Se le pasó la fiebre y se puso a servirles»

1. Las curaciones de Jesús relatadas en los evangelios -unas ochenta- han dado lugar a constantes discusiones entre quienes las aceptan al pie de la letra y quienes las niegan. Ante un prodigio, el NT no se plantea su posibilidad, sino su sentido. La curación, como todo «milagro» evangélico, es un signo que Dios hace al hombre a partir de un suceso sorprendente, cuyo significado se reconoce en la fe. El milagro es, pues, manifestación del poder de Dios y signo de su redención por medio de Jesús. Dicho de otro modo, Jesús hace signos que anuncian la llegada del reino y que contienen un mensaje de liberación.

2. El cristianismo no es milagrería, sino palabra de vida pronunciada por Jesús en orden a la salvación. Jesús hace una curación (de la servidumbre del pecado, al servicio a los hermanos) en sábado (día de liberación, no de prohibiciones), al salir de la sinagoga (lugar de una palabra no comprendida) y entrar en casa de Pedro (sede de la comunidad).

3. Cristiano es el discípulo de Jesucristo y de los hermanos que pasa, de la «fiebre» (enfermedad y pecado), al “servicio” (del Dios vivo y de la comunidad humana). Jesús ha venido y sigue viniendo a expulsar lo demoníaco y a curar toda dolencia, a fin de que se restablezca la salud de la humanidad y se haga patente el reino de Dios.