Un nuevo paso en la participación ministerial de las mujeres en la Iglesia

El colectivo pro ordenación de mujeres cree que el paso dado por el Papa pone coto “a la teología misógina” en la Iglesia


Jesús Bastante 13.01.2021

El acceso (oficial) de las mujeres al lectorado y acolitado ha desatado el debate en el interior de la Iglesia, entre los que piensan que se trata de un mínimo paso; los que sí ven un cambio significativo para el futuro; quienes, simplemente, sostienen que “no ha cambiado nada”; y los de siempre, que apuntan que Francisco está demoliendo los cimientos de la Iglesia.

Pero, ¿qué piensan las mujeres? En RD hemos tenido la fortuna de contar con opiniones muy diversas: Isabel Gómez Acebo, Carmen Peña, Silvia Martínez Cano, Consuelo Vélez, Christina Moreira… Ahora, ofrecemos las reflexiones de dos instituciones de mujeres, sumamente significativas, que nos permiten tener dos visiones de contexto sobre la modificación del canon 230.1 del Derecho Canónico. Se trata de la Conferencia para la Ordenación de Mujeres (WOC), y la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG).

La WOC “da la bienvenida” al texto papal, que “lleva a la Iglesia institucional a una mejor alineación con las realidades pastorales de todo el mundo“, al tiempo que “elimina la capacidad de un obispo de aplicar la teología misógina para excluir a mujeres de estos roles”.

“Aunque no se trata de un cambio radical, la Iglesia que reconoce las prácticas ampliamente aceptadas por los católicos de todo el mundo y toma medidas doctrinales para ser más inclusiva, es radical“, subrayó Kate McElwee, directora ejecutiva de WOC. Al tiempo, insiste, “demuestra que el Papa Francisco tiene claramente la autoridad para cambiar la enseñanza de la Iglesia a fin de reflejar los signos de los tiempos y el sentido de los fieles, ambos apuntan a la igualdad de las mujeres en la Iglesia”.

Abogar sin fisuras por la plena igualdad de la mujer

Por ello, el WOC insta a Bergoglio a que “siga esta lógica, que es una teología sólida, hasta su conclusión natural: que todos los géneros se han ‘revestido de Cristo‘ a través del sacramento del bautismo y no se les debe impedir cumplir con un llamado a la ordenación auténticamente discernido”.

“Si bien seguiremos abogando sin fisuras por la plena igualdad de la mujer“, concluye la nota, “este cambio repercutirá en las comunidades que utilizan el trato injusto que la Iglesia Católica Romana da a la mujer para defender las prácticas opresivas en la sociedad”.

La UISG, por su parte, agradece al Papa su Motu Proprio, que supone “un nuevo paso en la participación ministerial de las mujeres en la Iglesia”. Para las religiosas, la decisión de Bergoglio es relevante, pues “la decisión de que no sólo hombres sino también mujeres puedan ser instituidas Lectores o Acólitos es un signo y una respuesta al dinamismo que caracteriza la naturaleza de la Iglesia”, que demuestra que “desde la pila bautismal y luego desde la unción crismal, todos los bautizados somos hechos partícipes de la vida y misión de Cristo y somos capaces de servir a la comunidad”.

Testimonio evangélico de la comunión

“Esto refuerza el testimonio evangélico de la comunión“, resalta la UISG, que añade cómo “en muchos lugares las mujeres, y especialmente las mujeres consagradas, según las directrices de los obispos, llevan a cabo diversos ministerios pastorales que responden a las necesidades de la evangelización. Y así el Motu Proprio, con su carácter universal, es una confirmación del camino de la Iglesia en el reconocimiento del servicio”.