Domingo 1º de Adviento – Ciclo B

Marcos (13,33-37):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»

Palabra del Señor

Dijo Jesús a sus discípulos: vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento, cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos

Todo este evangelio se basa en una advertencia ante el misterioso futuro. Ni sabemos nada sobre el mañana, ni menos sobre el final. Esta ignorancia pudiera ser el motivo para hacer de la vida del hombre algo muy serio. Muy serio y diferencial del animal no racional.

“Adviento” es un tiempo litúrgico dedicado a la espera de la llegada de Jesús.

Puede ser un tiempo litúrgico, el primero del año, o el tiempo de una vida que desea y busca encontrarse con ese Jesús que da sentido a una vida cristiana.

Para un cristiano con fe, la muerte es el último paso previo al encuentro con Jesús. Aunque nada sepamos del cuándo, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; Por eso hay que vigilar. No sea que venga inesperadamente y nos encuentre dormidos.

Luis Alemán Mur