“LA ENCÍCLICA DE FRANCISCO NOS ANIMA A CELEBRAR EL DOMUND COMO DOMINGO DE LA MISIÓN UNIVERSAL”


La encarnación del Espíritu en la misión universal

Hace más de medio siglo reflexionaba la misionología postconciliar sobre la nueva misión mundial de las religiones –hermanas y hermanadas- para proclamar la presencia del Espíritu de Vida en la búsqueda universal de la paz, mediante la sincronía con el Misterio y la sintonía con todas las vidas.

 En la encíclica Fratelli tutti: sobre la hermandad universal y la amistad social, el Papa Francisco llama hermano al Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb y llama religiones hermanas a las que son compañeras de camino en la búsqueda de la paz, unidad y hermandad universal.

La encíclica de Francisco nos ayuda y anima a celebrar este año el DOMUND como domingo de la misión universal. Si en un tiempo se habló del “siglo de las misiones”, ahora estamos en un nuevo “siglo de la misión mundial más allá de las religiones”: las religiones llamadas por el Espíritu a caminar juntas en una nueva misión para ayudar al mundo entero a despertar a la religiosidad, salir de la fragmentación y construir la hermandad.

(“Hermandad, hermandades”, en español; y “geschwisterlichkeit”, en alemán, son palabras inclusivas, que facilitan referirse a hermanas y hermanos sin tener que repetir “fraternidad o sororidad”).

Aprovecho esta oportunidad para recomendar el libro del teólogo Michael Amaladoss ‘Dire la fede ai piedi dell’Himalaya’Pazzini Editore, 2020, reproduciendo las palabras con que tuve el gusto de felicitarle en la postfazione de ese libro:

El teólogo Amaladoss lleva más de medio siglo meditando sobre la Sabiduría divina que se hizo carne y habitó entre nosotros en un mundo plural.

En Galilea el Espíritu de Sabiduría se hizo carne para habitar entre nosotros. En la India el Espíritu de Sabiduría se encarnó en la contemplación para que brille su luz entre nosotros.

El Verbo se hizo carne y acción de compasión. El Espíritu se hizo entrañas y corazón contemplativo iluminado. De su plenitud ha recibido la pluralidad de las religiones la gracia de la armonía para danzar glorificando al Misterio que descubre el Enigma: la Vida de la vida… 

 El Espíritu de Verdad se hizo Palabra en Israel y profetizó entre nosotros.

 El Espíritu del Camino se hizo carne en Galilea y habitó entre nosotras.

 El Espíritu  de Vida se hizo iluminación en Benarés y meditó entre nosotros.

 El Espíritu de Amor se hizo pan para pobres y celebró eucaristía entre nosotras.

 El espíritu Santo se hizo Epifanía en la pluralidad de religiones y cantó la unidad de nuestra hermandad.

 Racionalizaciones escolásticas de trinidades y cristologías cederán el paso a una cosmovisión de lucidez cordial, cada vez más centrada en el Espíritu de Vida. Más allá de Orientes y Occidentes, despertamos al misterio del Espíritu del Resucitado, Vida de toda vida…