Salmo XXII

R/. Habitaré en la casa del Señor
por años sin término

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar;

Sí Señor, eres mi pastor. Pero todo me falta menos la paz de allá adentro. Ya me falta hasta la vida. Esto que tengo no creo sea ya la vida. Creo que me enseñaron muchas cosas. Pero se olvidaron la última lección: la lección de morir.

Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo

Al final, solo me queda la Fe. No es poco.

Luis Alemán Mur