Frase evangélica: «Se dará el reino a un pueblo que produzca frutos»

1. La «viña» es un terreno que exige un trabajo personal para que dé frutos. Pero en la viña no todo es valioso, ya que hay sarmientos estériles que se queman. Para extraer el fruto de la vid es necesaria la poda de las cepas, la vendimia de los racimos y el prensado de los granos de uva; entonces el mosto podrá transformarse en vino. Recordemos que hay en la Biblia cuatro textos importantes sobre el tema de la viña: la viña estéril (Is 6,1-7), la cepa inútil (Ez 15,1-8), el rescate de la viña (Salmo 78) y Cristo como vid (Jn 5,1-8).

2. La «viña» de la parábola es el reino, cuyo propietario es Dios. Los «labradores» son aquellos que se creen amos de la parcela. Los «criados» o sirvientes son los profetas, militantes y testigos cristianos. El «hijo» es Cristo. El «castigo» es la repulsa de lo demoníaco de este mundo. El otro «pueblo» es la Iglesia del Tercer Mundo y el pueblo de los pobres.

3. En definitiva, todos somos llamados a cultivar la viña del Señor, a acrecentar el reino. Pero unos son excluidos o se excluyen a sí mismos. En cambio, otros son bienvenidos. Lo importante es que la viña produzca frutos de justicia.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Trabajamos en la viña del Señor en beneficio del reino de justicia o en nuestro propio provecho?

¿Cómo nos comportamos con los que trabajan en la viña?

¿Nos creemos los dueños de ella?