Domingo 26º del Tiempo Ordinario – Ciclo A

Mateo 21,28-32:

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.” Él le contestó: “No quiero.” Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor.” Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»
Contestaron: «El primero.»
Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»

Palabra del Señor

Mateo no se despega del escrito de Marcos. No solo domina el llamado evangelio de Marcos, sino los demás escritos de la época.

Mc, 12, 1-12 es la base de este evangelio de Mt. Se trata de advertir a las autoridades judías del Templo que rechazan la misión de Jesús predicada para todo el pueblo. Esta advertencia a los jefes del Templo las hace Jesús con su habitual modo de parábolas. Para Jesús, los jefes del Templo judío no son superiores al pueblo sencillo.

“Vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis”

“Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis”.

“Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios”.

El lenguaje de Jesús fue siempre muy claro. Pero a veces muy duro. Sobre todo para los que mandan en nuestras iglesias. Confundir a nuestros sacerdotes con santones es un error. Y es más error si son ellos los que se creen santones.

Desde hace tiempo que me pareció mal el declarar santo a los sumos pontífice cuando mueren.

Luis Alemán Mur