Irena Sendler nació el 15 de febrero de 1910 en Otwock, Varsovia, en el seno de una familia católica, convivió con la solidaridad y el amor y respeto a los demás. Valores que aprendió de su padre, Stanisław Krzyżanowski, un médico que falleció cuando ella sólo tenía siete años al contagiarse del tifus.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial Irena Sendler era una trabajadora social de 29 años, empleada en el Departamento de Bienestar del municipio de Varsovia.

En 1999, más de medio siglo después, un grupo de estudiantes de Kansas que realizaban un estudio sobre el Holocausto judío se toparon por casualidad con esta mujer polaca la imagen de una ancianita a la que muchos de aquellos niños, ahora convertidos en adultos, reconocieron en los medios de comunicación.

Al margen de ideales políticos y religiosos, Irena se jugó la vida para salvar a seres inocentes de una muerte segura. Irena Sendler había salvado ni más ni menos que a 2500 niños del gueto de Varsovia durante la ocupación nazi.

Irena Sendler aprovechó su puesto para ayudar a judíos, pero esto se volvió prácticamente imposible cuando el gueto fue sellado en noviembre de 1940. Irena Sendler, asumiendo un gran peligro personal, concibió métodos para entrar al gueto y prestar ayuda a los moribundos judíos. Se las ingenió para obtener un permiso de la municipalidad que le facilitaba la entrada al gueto para inspeccionar las condiciones sanitarias. Dentro del gueto estableció contacto con activistas de organizaciones de bienestar judías y comenzó a brindarles asistencia. Ayudó a sacar clandestinamente a judíos del gueto y a establecer escondites para ellos.

Cuando se constituyó el Consejo de Ayuda a los Judíos (Zegota), Irena Sendler se convirtió en una de las principales activistas. El Consejo fue creado en el otoño de 1942, después de que 280.000 judíos del gueto de  Varsovia ya habían sido deportados a Treblinka. Cuando comenzó a funcionar para finales de ese año la mayoría de los judíos de Varsovia habían sido asesinados. Pero tuvo un papel crucial en el rescate de muchos que sobrevivieron a las deportaciones masivas. La manera más sencilla de sacar a los niños del gueto era mediante las ambulancias que trasladaban a los más graves a los hospitales de fuera del espacio controlado. Pero pronto tuvo que buscar otros métodos para hacerlo. Desde colocarlos dentro de bolsas de basura hasta en ataúdes, cualquier idea era bienvenida. Irena siempre quiso que los niños a los que salvó no perdieran nunca sus orígenes y su verdadera identidad. Para eso llevó un exhaustivo registro que enterró en el jardín de una vecina por si ella fallecía.

En septiembre de 1943, cuatro meses después de la destrucción completa del gueto de Varsovia, Sendler fue nombrada directora del departamento de Cuidado de Niños Judíos de Zegota. Bajo el nombre clandestino de Jolanta aprovechó sus contactos con orfanatos e instituciones para niños expósitos para enviarles chicos judíos. Muchos de estos fueron enviados al orfanato Rodzina Marii (Familia de María) en Varsovia, a instituciones religiosas regentadas por monjas en la cercana Chotomów y a Turkowice, en las adyacencias de Lublin. Se desconoce el número exacto de niños salvados por Irena Sendler y sus asociados.

El 20 de octubre de 1943 fue arrestada. Antes consiguió ocultar evidencias incriminatorias, como las direcciones en código de los niños a cargo de Zegota y sumas importantes de dinero para pagar a los que ayudaban a judíos. Fue condenada a muerte y enviada a la tristemente célebre prisión de Pawiak, pero activistas del movimiento clandestino consiguieron sobornar a algunos guardias y obtener su liberación. Condenada a muerte, Irena pudo escapar de la prisión gracias a un soldado quien la ayudó a escapar y su nombre fue apuntado en la lista de ejecutados. Hasta el fin de la guerra, continuó con su labor bajo un nombre falso.

Una vez terminada la guerra, Irena desenterró las listas con los nombres de los niños y la entregó al Comité de salvamento de los judíos supervivientes. Después de ser liberada en febrero de 1944 y a pesar de que sabía que las autoridades seguían vigilándola, continuó con sus actividades clandestinas. Debido al peligro se vio en la necesidad de pasar al anonimato. Irena Sendler se casó y tuvo tres hijos

Fue candidata al Premio Nobel de la Paz en el 2007, aunque finalmente no resultó elegida. Sin embargo, el 19 de octubre de 1965 Yad Vashem la reconoció como Justa entre las Naciones, y se le otorgó la más alta distinción civil de Polonia, al ser nombrada dama de la Orden del Águila Blanca.