Salmo CXVIII

R/. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

Mi porción es el Señor;
he resuelto guardar tus palabras.
Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R/.

Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo;
cuando me alcance tu compasión,
viviré, y mis delicias serán tu voluntad. R/.

Yo amo tus mandatos
más que el oro purísimo;
por eso aprecio tus decretos
y detesto el camino de la mentira. R/.

Tus preceptos son admirables,
por eso los guarda mi alma;
la explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes. R/.

 

Más estimo yo los preceptos de tu boca que miles de monedas de oro y plata

¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

Yo amo tus mandatos más que el oro purísimo

La explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los ignorantes.

Luis Alemán Mur