“Octubre será el mes de los impagos. En noviembre, Europa tendrá que rescatarnos”

El presidente de los gestores españoles traza un panorama negro para nuestra economía. El fin del estado de alarma y el verano serán un espejismo previo al derrumbe en otoño

R. Europa nos lo hará pagar, porque al final, cuando tenga que prestarnos dinero y hacernos un rescate encubierto, nos exigirá condiciones leoninas y brutales. Y espera que no nos encontremos con una subida importante de los impuestos para poder hacer frente al rescate. Subidas del IVA de dos y tres puntos, o subidas de cuatro y cinco puntos en los impuestos de sociedades. Y yo estoy convencido de que esto ocurrirá. En los impuestos, tenemos dos categorías: los fiscales, que son los típicos, y los laborales, que son tanto o más que los primeros y que deben abonar las empresas en pagos a la Seguridad Social y otras retenciones, que suponen más del 30% del salario del trabajador. Entre el miedo a una subida general de los impuestos y el endurecimiento del despido, no hay duda de que se van a acelerar los ERE próximamente.

P. Teniendo en cuenta que los gestores han acertado bastante en sus predicciones desde que comenzó el confinamiento. ¿Cuál es su previsión de lo que nos viene en el segundo semestre de 2020?

R. Primero viene el falso espejismo, que es el momento actual. Muchas ganas de abrir negocios, muchas ganas de trabajar, pero eso tiene que traducirse en ingresos de dinero. Al principio, veremos mucha solidaridad de los ciudadanos en querer gastar, en moverse, pero el turismo extranjero dará un bajón enorme y con el turismo español ya veremos lo que pasa. Otro pilar del PIB, el automóvil, está fallando, y si no se recupera estamos muy mal. Encima, se nos echan encima julio y agosto, cuando todos lo dejamos todo para septiembre porque aquí no perdonamos unas vacaciones, y en septiembre, con el nuevo arranque, empezarán los dramas serios: arrendatarios que no pagan a su arrendador, proveedores que no sirven mercancía porque el cliente debe varios pedidos, y en esa cadena rápidamente iremos cayendo por el precipicio. Septiembre será duro, pero octubre será más duro aún, la caída será muy gorda y saltarán todas las alarmas. Será el mes de los impagos. Quien ya tiene problemas ahora, en octubre estará mucho peor, y ahí ya entraremos en una fase terrible en cualquier crisis: cuando el trabajador o el empresario se rinde y dice “me da igual a cuánto asciendan mis deudas, no tengo ni un duro en la cuenta y no voy a pagar”. En noviembre, tendrá que venir Europa a rescatarnos. Esa es la secuencia en base a cómo están las cosas hoy.