Santísima Trinidad – Ciclo A

0606
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

Palabra del Señor

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna

Los humanos no estamos en condiciones de entender a Dios. No porque sea un problema filosófico. Puede que influya mucho más la incapacidad para entender lo que es amar. La mayoría no solo de las tragedias de la historia humana sino también la historia de cada uno de nosotros radica en no saber lo que es el amor

Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El mensaje que Jesús nos dejó es que Dios era Padre. Y un padre que solo sabía amar.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado

El que sepa esto y crea en esto, ya encontró la salvación. Ya está en la verdad.

No basta con decir que Dios es un padre que ama. Hay que añadir que Dios solo sabe amar.

En la humanidad también se ama. Pero lo más negro es que también se odia.

El llamado misterio de la trinidad no parece que sea “tres en uno” sino Uno que ama.

Dios es incomprensible, porque incompresible es el amor de Dios.

Luis Alemán Mur