Días en los que nos invaden los féretros. Estamos acosados de muerte. Una muerte tan dura y tan pegajosa que nos impiden acompañar o dar el último abrazo a los que van a morir.

“Le preguntaron: Señor ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino a Israel? Les dijo: No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad”.

Escribo el día de la Ascensión. Triunfo total de la vida sobre la muerte. Un día que da sentido al cristianismo.

Arameo: Eli, Eli, ¿lama sabactani?
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Dios no le había abandonado. Le estaba esperando. Esperaba a que terminara su vida como un hombre.

Luis Alemán Mur