Salmo XXII

R/El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Preparas una mesa ante mi,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

El Señor es mi pastor, nada me falta

Quizá el salmo fue la fuente de la afirmación de evangelio.

La comparación con el pastor y las ovejas, tiene un rico sentido en tierra de pastores y ganados de ovejas. Habría que tener mucho más cuidado en el cristianismo actual a la hora de utilizar imágenes del Antiguo Testamento. Y no basta el hecho de haber sido reproducidas por Jesús: un galileo de su tiempo. Cada época tiene sus imágenes. Lo importante siempre será sus contenidos.

Luis Alemán Mur