Salmo L

R/. Misericordia, Señor: hemos pecado

V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

V/. Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.

V/. Oh, Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

V/. Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación

Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces

No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.

Misericordia, Señor: hemos pecado

Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces

El llanto que nos acompaña al nacer, puede ser un símbolo. Nacemos en una comunidad que pretende ser humana, pero no deja de ser dominada por lo de animal.

Puede que Dios “sufra” por mí. Pero también sufro yo por la lejanía o la ausencia de Dios.

Pero el amor de Dios va a poder más que yo.

Luis Alemán Mur