El cardenal Robert Sarah

Alessandro Bianchi MUNDO (Resumen)

Robert Sarah (Guinea, 1945), cardenal y prefecto para la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, es una de las voces más autorizadas en asuntos litúrgicos dentro del Vaticano. Sin embargo, sus mediáticas intervenciones y extenso trabajo literario le han convertido en una suerte de ‘Pepito Grillo’ del actual pontificado. La posible apertura del Papa Francisco al sacerdocio de hombres casados de reconocida fe católica para hacer frente a la falta de vocaciones en zonas remotas de la Amazonía no le ha parecido bien al cardenal Sarah

Escritor y orador brillante, el purpurado africano llegó al Vaticano en 2001 como ‘número dos’ de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. En 2010 Benedicto XVI le nombró cardenal y presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Y, en 2014, el Papa Francisco le ascendió a prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Como ‘guardián’ de la liturgia, Sarah no ha dudado en defender la moral y tradición católica, aunque eso signifique abrir una guerra con los progresistas dentro del Vaticano.

Sarah está considerado un cardenal profundamente tradicionalista en cuestiones dogmáticas, pero abiertamente progresista en temas como el medio ambiente o la ética en la economía global, argumentos que le acercan al Papa Francisco. De hecho, aprovecha cualquier ocasión para declarar su absoluta lealtad a Bergoglio. No obstante, sus puntuales intervenciones en defensa de la familia, la moral católica o la libertad religiosa, le han enfrentado públicamente al Pontífice.

En una entrevista con el ‘Corriere della Sera’, concedida durante el Sínodo de la Amazonía celebrado en octubre en el Vaticano, el purpurado aseguró que quien estaba en contra del Papa “estaba fuera de la Iglesia. Sin embargo critica públicamente algunas de las reformas impulsadas por el Pontífice y ha defendido que la Iglesia tiene que hablar de Dios y no de migrantes, porque no es una ONG.

La reciente polémica por el libro en defensa del celibato eclesiástico escrito “a cuatro manos” con Benedicto XVI ha supuesto un duro golpe para la imagen pública del cardenal. Sarah ha sido acusado por algunos sectores del Vaticano de manipular al Papa emérito para su propia batalla.
“Los ataques parecen implicar una mentira de mi parte. Estas difamaciones son de una excepcional gravedad”, escribió en las redes sociales.

El secretario personal del papa emérito, Georg Gaenswein, aseguró que Joseph Ratzinger desconocía que un texto suyo sería utilizado para un libro y exigió una rectificación al cardenal y a la editorial. El purpurado aceptó borrar al pontífice alemán como coautor del libro, pero sostuvo que el papa emérito le dio el visto bueno al manuscrito, incluida la portada, la introducción y la conclusión que en la primera versión están firmadas por ambos.