Salmo CXXVII
R/. Dichosos los que temen al Señor
y siguen sus caminos
Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.
Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.
Que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida.
En el Antiguo Testamento no se llegó a comprender Nazaret. Tuvo que venir Jesús, María y José.
Luis Alemán Mur