Las finanzas vaticanas, en el ojo del huracán.

Unas filtraciones a la revista L’Expresso revelan presuntas irregularidades que están siendo investigadas por la Fiscalía del Estado pontificio


El Papa Francisco preside una misa en el Vaticano. Ángelo Carconi EFE.

Los cuervos han vuelto al VaticanoUn nuevo escándalo de filtraciones ha dejado al descubierto presuntas irregularidades en las finanzas vaticanas que están siendo investigadas por la Fiscalía del Estado pontificio. Las revelaciones, difundidas por la revista L’Espresso, se han cobrado ya su primera víctima: Domenico Giani, el jefe de seguridad del papa Francisco. Por si fuera poco, un libro publicado este lunes desvela documentos confidenciales que confirmarían que el Vaticano se encuentra al borde de la insolvencia.

La crisis financiera en el Vaticano amenaza con llevar al pequeño Estado pontificio a la quiebra. Eso es al menos lo que asegura el periodista Gianluigi Nuzzi en su último libro, ‘Juicio Universal’, en el que publica una parte del informe redactado en mayo de 2018 por los asesores del papa Francisco en el Consejo para la Economía. En el documento, los expertos muestran su “preocupación por el déficit que afecta a la Santa Sede” y consideran que el Pontífice debe ser informado de que “el déficit es recurrente y estructural” y “ha alcanzado niveles preocupantes” que amenazan con “provocar la insolvencia a falta de acciones urgentes”.

A través de documentos inéditos, Gianluigi Nuzzi reconstruye en su investigación cómo el Vaticano está a punto del colapso financiero. Una delicada situación que queda reflejada en el último balance de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), el organismo que gestiona los bienes y propiedades de la Iglesia, que este año presentó números rojos por primera vez en su historia a pesar de que la Santa Sede tiene propiedades repartidas por todo el mundo por un valor de 2.700 millones de euros, según revela el libro.

Un resultado que según el autor de la investigación es consecuencia de la corrupción, abusos y privilegios extendidos a lo largo del tiempo a los que el papa Francisco no ha sido capaz de poner fin. Basta pensar que del inmenso patrimonio inmobiliario que posee la Santa Sede sólo en Roma, unos 800 inmuebles se encuentran vacíos, un 15% de las 4.000 casas en propiedad se alquilan a rentas muy favorables o directamente gratis y la morosidad alcanza los 2,7 millones de euros.

UNA NUEVA INVESTIGACIÓN

Una señal de alarma que ha quedado al descubierto posiblemente en el peor momento para el Santo Padre. La Justicia vaticana está investigando operaciones financieras presuntamente irregulares “llevadas a cabo desde hace tiempo”. A principios de octubre, la Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que la magistratura vaticana había incautado documentos y dispositivos electrónicos de la primera sección de la Secretaría de Estado, el departamento que coordina la actividad de todos los dicasterios, y de la Autoridad de Información Financiera (AIF), el organismo que trabaja para prevenir delitos económicos. La operación fue el resultado de una investigación iniciada tras la denuncia presentada este verano por el Instituto para las Obras de Religión (IOR), el conocido como banco vaticano, y la Oficina del Revisor General, el encargado de auditar la administración vaticana.

Poco después, la revista L’Espresso publicó que cinco funcionarios de la Secretaría de Estado y la Autoridad de Información Financiera, entre los que se encontraban el director de la AIF, Tommaso Di Ruzza, habían sido suspendidos de forma cautelar en el marco de esta investigación. A todos ellos se les ha prohibido además la entrada en territorio del Vaticano. La divulgación del documento de carácter interno en el que se informa de la decisión, con nombres y fotos de los implicados incluidos, provocó la ira del Papa, que definió la filtración como “un pecado mortal” porque destruía la reputación de personas que hasta el momento no están siendo procesadas. Su difusión provocó la renuncia de Domenico Giani, el jefe de Seguridad del Pontífice y responsable de la Gendarmería Vaticana durante los últimos 13 años, que fue sustituido por su hasta entonces número dos, Gianluca Gauzzi Broccoletti.

LA OPACIDAD DEL ÓBOLO DE SAN PEDRO

Los documentos publicados por L’Espresso revelan que los investigadores habrían descubierto operaciones financieras sospechosas por un valor de 650 millones de euros relacionadas con la compraventa de inmuebles en el extranjero, principalmente en Londres, y la gestión de los fondos del Óbolo de San Pedro, el organismo que recoge las donaciones de los fieles teóricamente destinadas a obras de caridad. Según asegura el autor del artículo, el periodista Emiliano Fittipaldi, los fiscales Gian Piero Milano y Alessandro Diddi habrían identificado “graves indicios de fraude, abuso de poder y reciclaje”, mientras que otro informe del revisor general planteaba otros delitos como “apropiación indebida y corrupción”.

En el libro de Gianluigi Nuzzi también se analiza la gestión del Óbolo de San Pedro, cuyas cuentas no se han hecho públicas desde 2013, según el autor, para evitar dar explicaciones del destino final de estos fondos que en los últimos años han disminuido drásticamente por la reducción de las donaciones, probablemente como consecuencia de los escándalos que han rodeado a la Iglesia y han mermado la confianza de los fieles. De los 101 millones recaudados en 2006 por este organismo, en 2018 las donaciones descendieron hasta los 51 millones. En España, que es el quinto país que más contribuye, las donaciones bajaron más de un 11% en 2018 respecto al año anterior, según recoge el libro.

El periodista asegura que si hasta hace unos años sólo el 20% de las limosnas eran destinadas a la beneficencia, ahora su utilización se ha reducido a la mitad. “Antes dos euros de cada diez iban a los pobres, ahora sólo uno”, sostiene. Mientras, más de la mitad de la recaudación se dirige a gastos relacionados con el mantenimiento de la curia vaticana.

Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, los autores de este nuevo escándalo que amenaza con hacer temblar los muros vaticanos, fueron absueltos durante el proceso judicial del segundo ‘Vatileaks’, la filtración masiva de documentos confidenciales de la Santa Sede que concluyó con la condena del monseñor español Lucio Ángel Vallejo Balda y la italiana Francesca Chaouqui, miembros de la comisión instaurada por el Papa Francisco en 2013 para conocer la situación de las finanzas vaticanas.