Frase evangélica: «Vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios»

1. A una pregunta de los discípulos sobre el número de los que se salvan, Jesús  responde sobre el cómo de la salvación, sobre el esfuerzo que requiere. La «puerta  estrecha» es imagen de la entrada en el reino, que se traduce en la opción por Jesús y por  su evangelio. «Esforzarse» es poner en práctica las enseñanzas de Jesús.

2. La puerta se cierra cuando se rechaza la conversión. No basta con haber pertenecido  al pueblo de Dios por la circuncisión, o incluso por el bautismo, si no se han tenido entrañas  de caridad. Tampoco basta con haber enseñado o hablado si la palabra no ha ido  acompañada de un testimonio coherente, o compromiso. Es imprescindible una aceptación  práctica de Jesús, una fidelidad a su mensaje traducida en obras.

3. Dios rechaza a los judíos circuncisos y a los bautizados que no son fieles, mientras  que admite a los paganos que lo buscan y lo encuentran. Los cuatro puntos cardinales a  que alude el evangelio se refieren a los que viven en la marginación, en el Tercer Mundo,  en los rincones olvidados del universo… Por eso termina este pasaje de Lucas con una  sentencia desconcertante respecto de los primeros y los últimos. Los impenitentes serán  rechazados, y los que han tenido una actitud profética por la justicia serán admitidos.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Nos esforzamos en ser cristianos?

¿En qué se nota?