Frase evangélica: «La mies es abundante, y los obreros pocos»

1. Jesús designa y envía a sus mensajeros «por delante» (-apertura), «de dos en dos» (en grupo apostólico), «a todos los pueblos» (y a lo más medular del pueblo), y les da una serie de instrucciones relativas a su misión. El trabajo es enorme (la mies -el pueblo- es «abundante»), y larga y trabajosa la marcha hasta la ciudad viva de Dios (la oposición será verdaderamente increíble). La misión prepara la venida del Señor. A la acción sucede el descanso, con la alegría del regreso, al ser vencido lo satánico.

2. Lucas emplea en el evangelio de hoy dos perspectivas básicas: la universalista, aludida por la expresión «en medio de lobos» (pueblos paganos, despreciados por los judíos), y la escatológica, insinuada por las imágenes del banquete, del juicio y de la caída de Satanás (Jesús es el Señor del reino y el Hijo del Hombre). La «casa», por su parte, es presentada bajo tres perspectivas: la paz (concordia fraterna), la comida (comunicación de bienes) y la permanencia (asentamiento).

3. En el ministerio cristiano, cualquiera que sea su especificidad, todos somos, en primer lugar, «designados», llamados. En segundo lugar, somos «enviados», puestos en camino. En contraste con la abundancia de la mies (los pueblos paganos), los obreros son pocos (las comunidades cristianas evangélicas). También es de reseñar el contraste entre, por una parte, el patrón que envía y los enviados (los corderos) y, por otra, los destinatarios (lobos en ocasiones).

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Tenemos conciencia de ser enviados por el Señor?

¿Somos de verdad misioneros?