Frase evangélica: «Tú vete a anunciar el reino de Dios»

1. La «decisión» de Jesús de ir a Jerusalén es presentada por Lucas como culminación de su misión profética, cuya apoteosis será la llegada del reino, tras ser «arrebatado» y «llevado al cielo». Jesús es consciente del sufrimiento y la muerte que le esperan por tener el coraje de ser fiel. Paradójicamente, «no lo recibieron» ni siquiera los samaritanos, por su falta de entendimiento con los judíos. Jesús está en contra de cualquier enemistad, pero padece las consecuencias de las enemistades.

2. Las condiciones que pone Lucas en este pasaje para seguir a Jesús son tres: abandonar toda seguridad (primer caso), subordinarlo todo al anuncio del reino de Dios (segundo caso) y no echarse jamás atrás (tercer caso).

3. El seguimiento de Cristo supone para el creyente una meta (la del reino, la nueva ciudad de Dios), un camino plagado de dificultades e incomprensiones (las oposiciones a la reconciliación) y unas actitudes decididas de desprendimiento (pobreza y opción por los pobres), de aceptación de la llamada a evangelizar y de determinación firme e inquebrantable de no ceder a ningún tipo de veleidades.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Vamos, como cristianos, por el camino correcto?

¿Tenemos las actitudes requeridas para la realización del reino?