Domingo de Pentecostés

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23):


AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Palabra del Señor.

 

«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Juan Luis Arsuaga paleantropólogo, co-director de Atapuerca, catedrático de paleontología dedica sus estudios a conocer los pasos en la evolución humana.

Una travesía especialmente complicada en nuestra especie que culmina con la llegada al mundo de una nueva persona. Este asombroso viaje nos permite abordar muchos de los problemas de la evolución humana “¿Pertenecían o no a la especie humana?” Los más lejanos: neandertales, según los signos no creían en dios.


La evolución del ser humano termina con la más bella esperanza de Jesús “yo estoy con vosotros todos los días, hasta la conclusión del mundo” (Mt 28,20).

Tan admirable ha sido la evolución de la humanidad y puede ser la evolución de un hombre o una mujer. Así debe ser el crecimiento de tus hijos.

“Recibid el Espíritu Santo”

Luis Alemán Mur.