La historia del celibato sacerdotal, el cuestionable “estilo de vida” impuesto por la iglesia católica a sus clérigos

Por Redacción GM
29 septiembre, 2018

El papa Francisco en declaraciones anteriores ha dicho que “el celibato sacerdotal no es un dogma de fe”. Se trata más bien de parte de las reglas que ha impuesto la iglesia católica. Sin embargo, no hay ningún indicio de que la institución planee eliminar ese voto que hacen los sacerdotes de mantenerse castos.

De acuerdo con la iglesia, un dogma corresponde a una verdad absoluta. Se trata de un principio innegable de la fe. Ejemplos claros pueden ser la resurrección de Jesús y la existencia de la Santísima Trinidad. Son hechos que no se pueden modificar.

El Papa hizo la declaración frente a un grupo de periodistas. Afirmó que se trata de una regla que él aprecia en gran medida, y que se convierte en un don para la iglesia. Añadió también que, al no ser un dogma, puede cambiarse. Pero no es algo que la institución tenga en mente en la actualidad.

Esto hace que muchos se pregunten de qué va este tipo de celibato y qué importancia tiene para la iglesia y la práctica religiosa. Algunas personas han argumentado en contra del reglamento, al opinar que su eliminación podría disminuir los abusos sexuales que han realizado algunos sacerdotes.

Según el Papa, por ahora, la Iglesia católica no está reconsiderando el tema del celibato sacerdotal.

Conceptos puntuales

Francisco Borba Ribeiro Neto, sociólogo y coordinador del Núcleo Fe y Cultura de la universidad PUC-LP en Brasil, explica que el celibato, en su definición más genérica, es una condición que practican quienes deciden abstenerse del matrimonio.

La versión sacerdotal implica que la persona toma esa decisión para poder dedicarse por completo a la religión. Ribeiro Neto añade que el celibato no significa lo mismo que la castidad, la virginidad, el celibato sacerdotal y la vocación virginal.

El celibato sacerdotal implica que la persona decida dedicar su vida a Dios y a su comunidad. Aunque en concepto es similar a la vocación virginal, no significa lo mismo. Cualquier persona puede tomar una vocación virginal sin ser sacerdote. Esto implica que incluso una persona casada puede tomar vocación virginal por un momento determinado, y aun así mantener la vida en pareja.

La virginidad es una condición. Solo pueden tenerla aquellos que nunca han practicado relaciones sexuales. Sin embargo, cualquier persona -sin necesidad de ser virgen- puede realizar una vocación virginal si en algún momento decide abandonar la vida sexual activa.

Algunas personas lo hacen para mejorar su relación con Dios al poder dedicarle toda su energía.

El celibato sacerdotal implica que la persona decida dedicar su vida a Dios y a su comunidad.

El sociólogo también explica que no solo en el cristianismo se realiza esta práctica. También lo hacen los monjes budistas y las vírgenes vestales -nombre que se otorgaba en la antigua Roma a las sacerdotisas de la diosa Vesta.  Ambas figuran realizan un compromiso similar para acercarse más a Dios.

La iglesia católica plantea dos tipos de castidad. La castidad de los casados consiste en mantener relaciones sexuales y ser feliz con su pareja; Para los solteros, consiste en abstenerse de esas actividades sexuales.

La historia

No siempre fue una obligación que los sacerdotes católicos fueran célibes. Mientras pasaban los siglos, el celibato fue cobrando importancia. Ribeiro Neto explica que esa es la razón por la que en el rito oriental existen sacerdotes que pueden casarse. Estos católicos son llamados ortodoxos.

Los primeros movimientos católicos que proponían el celibato datan de los siglos III y IV.

Esto causó muchos ires y venires dentro de la iglesia, que tocó el tema en múltiples ocasiones. En ese tiempo, cuando los métodos de comunicación no eran tan eficientes, las múltiples discusiones hicieron que algunas regiones católicas adoptaran prácticas diferentes.

No siempre fue una obligación que los sacerdotes católicos fueran célibes.

No fue sino hasta el siglo XI cuando se empezó a tocar el tema con mayor seriedad. Algunos papas expresaron su temor de que el clero atravesara una declaración moral. Se instaló el celibato en dos concilios de Letrán. Uno en 1123 y el otro en 1139.

Esto hizo que se decretara que los clérigos no podrían ni casarse ni tener ningún tipo de relación en concubinato. El celibato contó con mucho apoyo. En especial, de un concilio de Letrán en 1215, y en el concilio de Trento en 1545.

Fernando Altemeyer Júnior, teólogo, explica que existe una creencia de que la iglesia se enriqueció del celibato. Principalmente, porque los sacerdotes no tenían una familia con quien compartir el dinero. Aunque es cierto, Altemeyer explica que el objetivo real era contar con misioneros que estuvieran disponibles todo el tiempo.

En la actualidad

El Papa Pío XII retomó el tema en el siglo XX a través de su encíclica Sacra Virginitas. Allí, respaldaba la práctica del celibato. Lo mismo sucedió en 1965, cuando el Papa Pablo VI tocó nuevamente el celibato en un documento que divulgó bajo el nombre de Sacerdotio Ministeriali.

El Papa Juan Pablo II también explicó este asunto en 1979. Argumentó en una carta que resulta un error pensar que el celibato sacerdotal es impuesto por ley a quienes reciben el Sacramento de la Orden, cuando no es así.

La iglesia enfrenta un bajo número de sacerdotes alrededor del mundo

Por el contrario, explicó, se trata una decisión que aquellos que reciben el sacramento de la Orden toman de forma libre y consciente luego de prepararse con mucha reflexión.

El Papa Juan Pablo II finaliza al afirmar que es una decisión a la que se llega con la convicción de que es un don otorgado por Cristo y que responde al bien de la iglesia y al servicio de los demás. Por ello, se toma esta decisión para toda la vida. Sobre el tema, el Papa Benedicto XVI declaró que para comprender el significado de castidad, se debe analizar desde una perspectiva positiva. Explicó que la misión de Cristo involucra una dedicación completa y pura hacia los demás.

Añadió que el voto de castidad no significa que sacerdotes y religiosos se aíslan de la sociedad o que se enfocan en el individualismo. Por el contrario, a través de esa decisión se promete que esas acciones intensas que pueden realizar son puestas al servicio del Reino de Dios.

Padres casados

De acuerdo con declaraciones del Movimiento Nacional de las Familias de los Padres Casados, brasileros han solicitado que la iglesia los exima del Sacramento de la Orden. En específico, el movimiento habla de más de 7.000 individuos, que esperan poder casarse.

En otras palabras, uno de cada cuatro sacerdotes brasileros abandona su puesto dentro de la iglesia católica para poder contraer matrimonio.

El Papa Benedicto XVI declaró que para comprender el significado de castidad, se debe analizar desde una perspectiva positiva.

A nivel mundial, la cantidad de sacerdotes que abandonan por el matrimonio aumenta a 60.000. Al menos, eso expresa la revista romana La Civiltá Cattolica, que ha sido publicada por jesuitas italianos desde mediados del siglo XIX.

Dentro de la iglesia, existe otra figura religiosa para aquellos que están casados pero que quieren tener un rol en el catolicismo. Lleva por nombre diáconos permanentes. Esta figura puede realizar casi todas las acciones que les son permitidas a los sacerdotes. A excepción de dos: la consagración de la hostia, y el perdón de los pecados que es concedido mediante la confesión.

Otro problema es que la iglesia enfrenta un bajo número de sacerdotes alrededor del mundo. 

Hay incluso miembros del clero que se oponen al reglamento del celibato sacerdotal. Uno de los más conocidos es Fabio de Melo, un sacerdote brasileño que ha expresado en declaraciones que el celibato sacerdotal es una práctica propia de la Edad Media y por tanto debería ser abolida.

De Melo añade que la iglesia debería de eliminar la condición obligatoria del celibato sacerdotal y conservarla de forma opcional para aquellos que quieran realizar una entrega y un compromiso más profundo.

Una encrucijada en la iglesia

Thomas Reese, padre jesuita, también apoya la opción de que el celibato sea opcional. Así fue publicado por Religion News Service, una agencia estadounidense. El medio cita a Reese expresando que el Papa Francisco se mantiene abierto a esa idea, mientras las conferencias episcopales nacionales así lo demanden.

Muchos creen que abolir el celibato disminuiría la cantidad de casos de pedofilia dentro de la iglesia.

El padre añade que la regla no ha sido cumplida por algunos sacerdotes en la historia y en todo el mundo. Pero que la iglesia mantiene el reglamento por una creencia de que ayuda a desempeñar mejor los roles.

Ribeiro Neto, por el contrario, considera que el hecho de que un hombre quiera casarse es señal de que no fue electo para cumplir funciones de sacerdote. Pues las personas se sienten llamadas a esta profesión.

Añade al argumentar que ceder solo permitiría el ingreso de hombres que no sienten una vocación completa a la iglesia. Como consecuencia, serían malos sacerdotes. El argumento también es utilizado para enfrentar las opiniones de que abolir el celibato disminuiría la cantidad de casos de pedofilia dentro de la iglesia.

La iglesia considera que esos casos responden a la elección de personas que no tenían una vocación real. Ribeiro Neto comparte la posición de El Vaticano al considerar que permitir que los sacerdotes contraigan matrimonio solo aumentará la cantidad de personas sin espiritualidad ejerciendo roles de importancia en la religión.