Salmo LXXI

R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos dé la tierra.

V/. Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.

V/. En sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R/.

V/. Los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
postrense ante él todos los reyes,
y sirvanle todos los pueblos. R/.

V/. Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R/.

“Dios mío, confía tu juicio al rey”

Ojalá, Señor, los creyentes en Ti metamos en nuestras oraciones a nuestros gobernantes. Ellos te necesitan para gobernar a un pueblo difícil. Ojalá caigan en la cuenta de que lejos de Ti las cosas se complican mucho.

Los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributo. Los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones

¡Que nadie nos pague tributos! Hemos de seguir adelante con el fruto de nuestro trabajo

“Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres”.

¡Tus hijos preferidos, nuestros hermanos los pobres y los afligidos! Tú no puedes cuidar de nosotros, si nosotros no cuidamos de ellos. No podemos encontrarte fuera de ellos

¡Bendice a nuestro papa Francisco!

Luis Alemán Mur