Salmo XVIII

R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos

Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta

Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado. R/.

“Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón”

El orden social y personal que proviene del Señor es fuente de paz y alegría.

“Absuélveme de lo que se me oculta”

Nadie me oculta mi realidad. Nosotros mismos nos mentimos y a fuerza de mentirnos nos creamos y nos creemos una personalidad falsa.

Luis Alemán Mur