Domingo 20º del Tiempo Ordinario – Ciclo B


Juan 6,51-58:

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; El que come este pan vivirá para siempre.»

Palabra del Señor

 

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»

« ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»

 

Todo este enfoque de enfrentamiento con los judíos por el sentido de la palabra “carne”, más que para los que oían a Jesús parece pensar en los que leerían el escrito de Juan. Entre los que seguimos estando nosotros. Y la causa no está en el atrevimiento del Maestro sino en la ignorancia o poco desarrollo de nuestra fe.

“Carne” desde Génesis cap. 22 versículo 21; Ex 4,7; Lc 24,39; 1Co 12,7; y en Colosenses, Romanos, Gálatas. Etc. En todos ellos carne es la actividad exterior o la misma persona humana.

 

Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros

 

Carne y sangre tienen un significado mucho más rico y amplio que el mero sentido físico. La carne del hijo del hombre es simple y llanamente su forma de vivir. Y su sangre su disposición ante la muerte, si Dios así lo quiere.

 

Lástima que los creyentes nos hayamos enredado tanto con la sagrada forma de la Eucaristía

Quizás sea consecuencia del mucho enredo que se hace el clero con la misa que celebra.

 

Luis Alemán Mur