Domingo 16º del Tiempo Ordinario – Ciclo B

Marcos 6,30-34:

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.» 
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.


Palabra del Señor

“Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma”.

La liturgia ha sido desde siempre la encargada de escoger los versículos de cada evangelio. Y en este domingo se fija en el buen pastor. Así se quiere dar el sentido al clero que rodea el altar. Este es el sentido más que cualquier otro. El evangelista, conocedor de las Escrituras, recuerda sin duda el libro de Números, 27, 17 “Moisés dijo al Señor que nombrara un jefe para la comunidad uno que los lleve en sus entradas y salidas. Que no quede la comunidad del Señor como rebaño sin pastor”.

“Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron”.

Con el evangelio de hoy se está preparando la festividad de la eucaristía. Este aprender con calma puede asemejarse a las lecturas bíblicas y los salmos a los cánticos de fe. Pues ojalá la liturgia de los domingos se pareciera al evangelio de hoy. Y ojalá vinieran muchos de las aldeas o barrios a oír a Jesús.

«Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»

A los que quieran actuar como Jesús no pueden convertirse en gestores de un negocio. El clero perdió su razón de ser cuando dejó de orar como aquellos apóstoles en sitio tranquilo junto a Jesús. Esto vale tanto para el clero menor como para los obispos y cardenales. Los estudios teológicos no bastan para ser mensajeros del reino. Se dan los extremos: hay quien tiene miedo a la gente y se retira a la clausura. Y hay a quien le aburre orar y se dedica con frenesí a la actividad. Por eso es difícil dedicarse a la comunidad de Jesús.

El Señor es mi pastor, nada me falta En verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.

Luis Alemán Mur