El metropolitano Kliment carga contra el catolicismo: “Conduce a una catástrofe en la vida espiritual”.

Según C. Doody/AsiaNews

“Las brisas de la primavera ecuménica que soplarán de forma especial en la visita del Papa al Consejo Mundial de las Iglesias en Ginebra aún no han llegado a todos los rincones del Patriarcado de Moscú. Eso es lo que se desprende de comentarios realizados por el responsable de caridad de la Iglesia rusa, el metropolitano Kliment, (Kapálin), (el también metropolitano de Kaluga,) quien ha arremetido contra la teología actual que sostiene que todas las variantes del cristianismo conducen a Dios, y ha opinado que el catolicismo, en especial, conduce a “una catástrofe en la vida espiritual” e “impide la realización del plan de salvación”. Dio a conocer en estos días una de sus homilías de contenido fuertemente anti-ecuménico, como para responder a las recientes aperturas y actividades con los católicos de parte de otros exponentes de la Iglesia rusa como los metropolitanos Hilarión (Alfeev) y Tikhon (Ševkunov), y del mismo patriarca Kirill (Gundjaev). De alguna manera, expresa el espíritu más “riguroso” de la ortodoxia rusa, en continuidad con el fallecido Patriarca Aleksij II, que lo había señalado claramente como su sucesor. […]

En el discurso publicado por la revista Vechernaja Moskva, el metropolitano se opone a la opinión contemporánea generalizada de que “todas las religiones hablan del único Dios” y que todos los que rezan lo hacen a su manera, pero siempre en una sola dirección. Según Kliment, “debemos respetar las tradiciones religiosas de otras personas, pero esto no nos autoriza a ser indiferentes a nuestra fe”. […]

Para ilustrar las diferencias irreductibles entre la práctica de la fe católica y la Iglesia ortodoxa, el metropolitano ofrece una comparación entre dos figuras de santidad que en Occidente a menudo se consideran similares, como San Francisco de Asís y San Serafín de Sarov. Francisco trató de imitar a Cristo “exteriormente”, ayunando por cuarenta días, aceptando el sufrimiento y renunciando a las riquezas, pero según Kliment “no es la renuncia a la riqueza lo que nos salva, sino la unión con Cristo”. Es aquí donde vemos la diferencia con el gran asceta ruso de comienzos del 800, que durante mil días y mil noches vivió en la cima de una roca repitiendo la oración de Jesús: “Oh Dios, ten misericordia de mí, un pecador”. Él reconoció su pecado y la imperfección, mientras que los santos católicos como Francisco (o Tomás de Kempis, e Ignacio de Loyola), en la reconstrucción de Kliment y de muchos teólogos polemistas rusos afirman poseer la perfección. Los argumentos del metropolitano de Kaluga ciertamente no son nuevos, pero su divulgación ahora indica un intento de reequilibrar la posición del Patriarcado de Moscú, dada la intensificación de las relaciones: mejor mantenerse alejado de los católicos, y la confusión ecuménica.

IGLESIA ORTODOXA RUSA

Algunas explicaciones sobre la historia y estructura de la Iglesia ortodoxa ayudarán a comprender la síntesis del artículo de C. Doody.

El término «ortodoxo» significaba originariamente rectitud en la cristología, basada en los siete primeros concilios ecuménicos.

Iglesia apostólica ortodoxa es una confesión cristiana, cuya antigüedad se remonta a Jesús y a los doce apóstoles, a través de una sucesión apostólica nunca interrumpida. Es la segunda Iglesia cristiana más numerosa del mundo después de la Iglesia católica. Cuenta con entre 225 y 300 millones de fieles en todo el mundo.
La Iglesia ortodoxa se considera la heredera de todas las comunidades cristianas de la mitad oriental del Mediterráneo. Su doctrina teológica se estableció en una serie de concilios, de los cuales los más importantes son los primeros Siete Concilios, llamados “ecuménicos” que tuvieron lugar entre los siglos IV y VIII. Tras varios desencuentros y conflictos, la Iglesia ortodoxa y la Iglesia católica se separaron en el llamado “Cisma de Oriente y Occidente”, el 16 de julio de 1054. El cristianismo ortodoxo se difundió por Europa Oriental gracias al prestigio del Imperio bizantino y a la labor de numerosos grupos misioneros. La Iglesia ortodoxa está en realidad constituida por 14 Iglesias autocéfalas que reconocen sólo el poder de su propia autoridad jerárquica, pero mantienen entre sí comunión doctrinal y sacramental.

La Iglesia Ortodoxa Rusa es una Iglesia cristiana autocéfala integrada en la comunión ortodoxa. Su cabeza es el Patriarca de Moscú y de toda Rusia, que a su vez está en comunión con los otros patriarcas y primados de las otras Iglesias ortodoxas orientales. Es la mayor de las Iglesias ortodoxas orientales del mundo.

Historia. Hacia finales del siglo X, según una antigua leyenda, el Gran Príncipe Vladimir de Kiev, envió delegaciones a distintas regiones del mundo con el fin de examinar las religiones que allí se profesaban con la intención de decidir cuál era la más apropiada para su Reino; cuando los delegados regresaron, le recomendaron la Fe profesada por los griegos. En el año 988 Vladimiro I de Kiev, al contraer matrimonio con la hermana del emperador Basilio II, se bautizó, adoptando oficialmente la confesión religiosa del Imperio bizantino como religión estatal para el reino de Rus de Kiev. De este modo, el cristianismo bizantino, se convirtió en la Fe de los tres pueblos que se originaron a partir de aquel antiguo Reino de la Rus de Kiev: los Ucranianos, los Rusos y los Bielorrusos. La Iglesia ortodoxa rusa en sus inicios era dependiente del Patriarcado ecuménico de Constantinopla. Los metropolitanos recibían su consagración del Patriarca Ecuménico. Cuando la capital fue trasladada a Moscú, en 1328, a causa de la invasión mongola de Rusia y destrucción de Kiev, su metropolita usó el título de “Metropolita de Kiev y Moscú”.

Cuando Constantinopla cayó bajo el yugo turco en 1453, Rusia comienza un pujante Estado Independiente. A causa de la caída de Roma en la herejía, y de la segunda Roma (Constantinopla) en manos de los turcos islámicos, algunos rusos comenzaron a referirse a Moscú como la “Tercera Roma”, la cual preservaría las tradiciones de la Fe ortodoxa y la civilización romana. El Zar (César) era ahora el nuevo Protector de la ortodoxia, del mismo modo que en otro tiempo lo había sido el Emperador Bizantino. La Iglesia Ortodoxa Rusa en este tiempo ya había comenzado a desarrollar su propio estilo de iconografía, de arquitectura sacra, así como también, sus propias tradiciones espirituales, teológicas y litúrgicas.

La estructura de la Iglesia ortodoxa es compleja. Hay cuatro patriarcados antiguos: Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén; siendo el principal el patriarcado de Constantinopla El quinto patriarcado, el de Roma, se considera en situación de cisma o herejía. Hay además 14 Iglesias Ortodoxas Autocéfalas que son generalmente reconocidas como tales. Una Iglesia Autocéfala, posee el derecho a resolver todos sus problemas internos basándose en su propia autoridad, teniendo también la capacidad de remover a sus propios obispos, incluyendo también al propio Patriarca, Arzobispo, o Metropolitano, que encabece dicha Iglesia. Cada Iglesia Autocéfala actúa independientemente, sin embargo, ellas mantienen Comunión Canónica y Sacramental Plena las unas con las otras. Actualmente incluyen a los cuatro antiguos patriarcados orientales (Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén), así como también a otras diez Iglesias Ortodoxas que surgieron en siglos posteriores: Rusia, Serbia, Rumania, Bulgaria, Georgia, Chipre, Grecia, Albania y Checoslovaquia.

Hoy el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla ocupa el primer lugar entre los demás Patriarcados e Iglesias Ortodoxas Autocéfalas y Autónomas de todo el mundo. Tiene bajo su responsabilidad histórica y teológica la iniciativa y coordinación de las actividades de las demás Iglesias. Por más de quince siglos, el Patriarcado Ecuménico ha sido el nexo en la vida espiritual de la Iglesia Ortodoxa.

Eclesiásticamente, la Iglesia Ortodoxa Rusa se organiza en una estructura jerárquica. El nivel inferior de la organización, encabezada por un sacerdote que actúa como padre superior, constituye una parroquia. Todas las parroquias en una región geográfica pertenecen a una eparquía (equivalente a una diócesis occidental). Las eparquías se rigen por los obispos. Además, algunas eparquías se organizan en exarcados o iglesias autónomas, se rigen por un arzobispo metropolitano (Kliment es un metropolitano). Aunque el Patriarca de Moscú disfruta de amplias facultades de administración, a diferencia del Papa, no tiene jurisdicción canónica directa fuera de la diócesis de Moscú, ni tiene autoridad en solitario sobre los asuntos relacionados con la fe, así como cuestiones relativas a toda la comunidad cristiana ortodoxa.

Mª Rosa Bonilla