Domingo 15º del Tiempo Ordinario – Ciclo B

Marcos 6,7-13:

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. 
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.» 
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.


Palabra del Señor

Se escribe el evangelio de Marcos a principios de la década de los 70. Era en la segunda generación después de muerto Jesús. Es el primer evangelio de los conocidos. El que escribe este evangelio cuenta con colecciones de parábolas, de dichos o milagros etc. Y sobre todo la de lo ocurrido en Jerusalén antes de morir. El autor organiza todas esas colecciones sueltas y al resultado se le llamó “evangelio de Marcos”. No sería correcto querer identificar con exactitud las palabras reseñadas a Jesús. Sin embargo es lo más cercano que tenemos del Jesús histórico.

“Llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos”

Según Vidal Senén, este texto se basa en una antigua tradición histórica de las comunidades que están detrás del autor como un recuerdo de la misión de Jesús por las aldeas de Galilea. Esta práctica se siguió por los grupos cristianos en torno a Galilea.

“Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa”

Esta descripción tan detallada bien pudiera ser un recuerdo transmitido en las primeras generaciones de cómo era Jesús cuando iba de una aldea a otra. Jesús vivió con la única obsesión de divulgar el mensaje del nuevo reino de Dios. Este es el sentido de la pobreza. Su vida está acaparada por el sentimiento de sentirse mensajero de la buena noticia que anuncia a una sociedad empobrecida y humillada.

Todo lo que nos sobra en la vida puede ser un signo de que nos falta Dios. Si llevas dos túnicas cuando tu hermano va desnudo, o no sabes quién es tu hermano o no sabes quién es Dios. Es decir, te falta Fe.

Luis Alemán Mur