Ascensión del Señor – Ciclo B

Marcos 16,15-2:

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en m¡ nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Palabra del Señor

Resulta muy interesante estudiar el final del escrito de Marcos, previo al evangelio de hoy. El evangelio de este domingo ha sido entresacado de los versículos añadidos posteriormente: Mc 16,15 9-20

Lo escrito por Marcos terminaba con un extraño joven que en la tumba vacía les anuncia a las mujeres que Jesús ha resucitado y les muestra el sepulcro vacío y les pide que vayan a anunciar su resurrección a los discípulos y en especial a Pedro. Y que les digan a todos que se vayan a Galilea. Jesús irá por delante. Allí se verán. Ellas se fueron con tanto miedo que no dijeron nada a nadie. Con este miedo y con este silencio de las mujeres acaba lo que escribió Marcos.

Posteriormente será, sobre todo, Lucas el que intentará centrarlo todo en Jerusalén y no en Galilea para evitar la dispersión geográfica e ideológica. Y conseguir así la gran Iglesia que tiene en su mente.

“Se apareció Jesús a los Once y les dijo: «id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”.

Desde Galilea. Acabada su misión en la tierra, los envía al mundo entero para proclamar el Evangelio y proclamar la era del perdón a toda la creación. Esto se lo dice a once seguidores miedosos, cobardes, sin más conocimientos que el haberle oído a él sus enseñanzas y haber visto cómo moría por defender su fe en el Padre.

Analizado así, el final de Jesús antes de subir con el Padre es difícil de comprender. El “mundo entero” es muy grande, está muy errado, muy primitivo, muy egoísta… ¿qué pueden hacer estos galileos sin otra preparación que la Ley judía, y el trato personal con Jesús y sus enseñanzas?

No cabe duda de que Jesús cuenta con el Espíritu de Dios. Y sabe muy bien la teología y fuerza del grano de mostaza. No se fía nada de las grandes construcciones. Y ya les ha dicho que estará con ellos hasta el final de los tiempos.

“Cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos y quedaran sanos”

“Veneno, serpientes, enfermedades” imágenes vivas que expresan las dificultades que encontraran en su peregrinaje como mensajeros del reino de Dios. ¡Qué lástima que se olvidara hablar de cardenales y demás príncipes de la Curia romana!

Luis Alemán Mur