Domingo 6º de Pascua – Ciclo B

Juan 15,9-17:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.»

Palabra del Señor

Sucedió unos meses antes de morir (alrededor de 1274) Tomás de Aquino, el gran teólogo y creador de la teología oficial del catolicismo. Tras haber tenido una fuerte experiencia mística que le acercó a Dios como nunca llegó a decir: “Es que, comparando con lo que vi en aquella visión, lo que he escrito es muy poca cosa”. De ahí que dejara de escribir.

El evangelio de este domingo está entresacado del final de la larga despedida de Jesús antes de irse al huerto de los olivos a orar y esperar a los que le apresarían para llevarlo ante los sacerdotes del Templo y comenzar así la humillante pasión por anunciar el reino de su Padre.

“Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor”.

A esto se reduce su buena nueva. Este es su evangelio. Este es el resumen de su vida: hacer ver a los hombres que Dios amaba, que era amor.

Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer

Es muy bello pensar que el mandamiento de Jesús, antes de irse, sea que se amen unos a otros. A unos judíos acostumbrados a la multitud de leyes. Si seguir a Jesús es difícil, guardar su palabra será además raro y nuevo. Se critica al Papa Francisco de poco teólogo. Quizá nos hicieron cristianos a base de demasiada teología sistematizada o helenista.

Luis Alemán Mur