Domingo 4º de Pascua – Ciclo B

Juan 10,11-18:

En aquel tiempo dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»

Palabra del Señor

En general los católicos hemos crecido con un gran déficit de conocimientos sobre la biblia en general y sobre todo de los evangelios. Esta es la causa de la enorme pobreza que padecemos en nuestra fe. En concreto si se lee el evangelio de Juan como un libro de devoción sin conocer las diferentes etapas en las que se escribió ni las graves circunstancias que vivió la comunidad que lo escribía, ocurrirá que tergiversamos su sentido.

“Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas”

Detrás de esta parábola convertida en alegoría, la comunidad joánica está sufriendo el trauma de su expulsión del judaísmo. Ya no podrán subir al Templo a orar, ni permanecer en los patios permitidos solo a los judíos. Fue la comunidad cristiana más duramente tratada por el judaísmo. Vivir en Jerusalén y compaginar la religión judía y el cristianismo fue prácticamente imposible.

“Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor”

Puede que no sean palabras de Jesús. Pero son de las primeras comunidades cristianas. Y ellas son la base de nuestra fe.

Luis Alemán Mur