Ouellet pide una “inversión colosal de pensamiento y acción” en la inclusión
de la mujer en la Iglesia

Exige para ellas un “reconocimiento teológico y práctico más concreto”

“La manera de ser de la mujer comporta cualidades indispensables para la sociedad”

La forma de amar de la mujer, tierna, compasiva, envolvente y fecunda, es irreductible al modelo masculino del amor, más intrusivo y puntual, esporádico y planificado

“La necesidad de un reconocimiento teológico y práctico más concreto de la mujer” es tan imperante hoy en día que la Iglesia y la sociedad deben realizar una “inversión colosal de pensamiento y de acción”, para hacer realidad su igualdad con el hombre. Esta es la opinión que ha lanzado el cardenal Marc Ouellet, quien además ha lamentado la manera en la que “la ejecución de prácticas eclesiales más abiertas a [la] presencia e influencia” de la mujer “tarda en realizarse por razones que no son solamente de orden histórico y cultural”.

En su intervención la semana pasada en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina, el purpurado -Presidente de dicha Comisión y también Prefecto de la Congregación de los Obispos- ahondó en la investigación teológica que, a su juicio, “debe hacer su parte” en cuanto a la paridad entre hombres y mujeres en la Iglesia, “con el fin de eliminar cuanto obstaculiza la promoción de la mujer y valorizar su dignidad a partir de las fuentes de la revelación cristiana”.

En su contexto histórico, “el cristianismo aportó una liberación de principio” a la “subordinación de la mujer”, recordó el cardenal, “gracias a la actitud innovadora de Jesucristo respecto a las mujeres y a su impacto sobre su papel activo en la Iglesia de los orígenes, como lo atestigua el Nuevo Testamento”. Dicha liberación abrió “una nueva era en el reconocimiento de la dignidad de la mujer y de su igualdad con el hombre”, en la que se fueron superando “poco a poco las influencias culturales que afectan el reconocimiento de la igualdad del hombre y de la mujer”.

¿Qué puede aportar, así pues, esta “liberación” teológica de la mujer en un momento como el actual en el que pareciera que se ha vuelto más teórico que efectivo? El cardenal Ouellet observó que la teología cristiana clama, al “nivel social y eclesial así como a nivel pastoral y misionero”, por una “vigorosa promoción de la mujer en todos los niveles”, así como por “la escucha, la apertura, la reparación de injusticias y la valoración de los carismas femeninos de parte de todos y de todas, y en particular por parte de las autoridades civiles y religiosas”.

La Iglesia, en otras palabras, debe seguir librando una “lucha paciente y perseverante” para favorecer la libertad de la mujer “de actuar y de vivir según sus carismas, su vocación y su misión, que son irreductibles a los esquemas culturales patriarcales o matriarcales vehiculados en las diferentes sociedades”, según opinó el purpurado