Frase evangélica: «En medio de vosotros hay uno que no conocéis»

Tema de predicación: EL TESTIMONIO DE VIDA

1. Testigo es toda persona que narra fiel y responsablemente ante otros, con un cierto  riesgo, lo que ha visto u oído, para que resplandezcan la verdad y la justicia. Hay testigos  superficiales y exigentes, falsos y verdaderos, cobardes y valientes. El mayor testigo -el  mártir- es quien da su vida por los demás. Precisamente el profeta es un testigo del Dios del  reino que habla ante el poderoso, desde el clamor de los pobres, para que haya justicia, con  el riesgo de no ser entendido o de ser sacrificado. El primer testimonio que aparece en el  Nuevo Testamento es el de Juan Bautista. No es el Mesías, ni Elías ni el Profeta: se limita a  preparar la venida del Salvador y a señalar que Jesús es «el Hijo de Dios».

2. Prototipo del testigo cristiano es Jesucristo, testigo veraz del reino, ya que es palabra  de vida que testimonia la verdad; testigo fiel ante un juicio en el que es juzgado y juzga, ya  que es reo que se convierte en señor; testigo consciente que no se echa atrás, ya que  llega hasta el final. La muerte de Jesús es martirio y testimonio por antonomasia.

3. La palabra de Dios llega en todo momento histórico a cualquier rincón del mundo a  través de testigos. Jesús hizo de los Doce los testigos, no sólo de su resurrección, sino de  toda su vida prepascual. A través del Espíritu, dan testimonio de Jesús ante el mundo. En  realidad, el portador de la palabra es un testigo de la luz (no de la mentira), enviado por  Dios (contemplativo), con la experiencia de los pobres y marginados (ubicado en el pueblo),  para una misión de conversión y liberación. No es testigo de sí mismo, sino de Dios y de su  enviado Jesucristo. Su tarea consiste en ver, oír y gustar a Dios en medio del clamor del  pueblo, para comunicar esa experiencia con servicialidad, valentía y honradez.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Somos testigos cristianos en nuestro mundo concreto?

¿Qué relación personal tenemos con Cristo?