Osoro a los seminaristas: “Acoged los cambios en vuestro corazón”

Cardenal Stella: “La renovación de la Iglesia no es ni puede ser una operación cosmética”

Roma quiere que no se orden seminaristas “con dudas” y que se creen seminarios interdiocesanos

José Manuel Vidal


El prefecto del Clero recordó “la obligación de cada conferencia episcopal de elaborar un plan nacional de formación sacerdotal”

El papa Francisco sabe que los curas, especialmente los curas jóvenes y los aspirantes que se están formando en los seminarios, son claves para la permanencia en el tiempo de su ‘primavera’. Y es que los sacerdotes siguen saliendo de los seminarios ‘formateados’ a la antigua usanza: para ser funcionarios de lo sagrado más que pastores con olor a oveja. Por eso, la Congregación del Clero publicó el 8 de diciembre de 2016 la ‘Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis‘, el vademécum que establece las normas para formar a los futuros sacerdotes.

Pero el documento vaticano, como casi todo lo que sale de la ‘factoría’ Francisco, encuentra resistencias entre los obispos más conservadores, que se muestran renuentes a aplicarlo en sus seminarios y prefieren seguir moldeando a sus curas al viejo estilo.

Siempre atento a seguir el paso marcado por Francisco, el cardenal Osoro quiere que en su seminario se active el nuevo modelo sacerdotal cuanto antes. De hecho, ya ha implementado varias medidas y aprovechó la estancia en Madrid del prefecto del Clero, para ahondar en ese camino.

Antiguo nuncio en Cuba y Colombia, el cardenal Beniamino Stella habla un perfecto castellano, pasado por el tamiz de su acento típico italiano. En el aula magna del seminario conciliar de Madrid disertó sobre ‘El futuro de la formación sacerdotal: retos para el ordenamiento canónico’, tras ser presentado por Roberto Serres, el decano de la Facultad de Derecho
Canónico, y acompañado por el rector de la Universidad San Dámaso, Javier Prades, y por el arzobispo de Madrid.

Amigo de Bergoglio y ‘francisquita’ convencido, el purpurado comenzó marcando su terreno de juego y recordó que, precisamente según Francisco, “la reflexión sobre la formación sacerdotal contribuirá a la necesaria renovación de la Iglesia”.


Porque “la fidelidad al Evangelio reclama la reforma de las estructuras de la Iglesia”. Por eso, según el cardenal italiano, “Francisco, con sus palabras, pero sobre todo con sus gestos y hechos de vida ha vuelto a tocar la campana de la renovación”.

Conversión de los pastores

Una renovación eclesial que, para que sea auténtica, “no es ni puede ser una operación cosmética, para que la Iglesia parezca más moderna y más bella”. Una renovación que “pasa por la reforma de la Curia y otras estructuras eclesiales que necesitan estar en purificación permanente”, pero que, además, necesita, como dice el Papa, “una conversión y purificación permanentes, sobre todo por parte de los pastores de la Iglesia”.

Tras su declaración de intenciones y en una ponencia “más pastoral que académica”, el cardenal Stella nucleó su exposición en dos partes: Aspectos importantes de la formación sacerdotal y algunos criterios que ayuden a una correcta aplicación de la actual normativa canónica sobre la formación sacerdotal.

Entre los aspectos más importantes de la formación sacerdotal, el prefecto del Clero subrayó unos cuantos. El primero, “la obligación de cada conferencia episcopal de elaborar un plan nacional de formación sacerdotal”. Es decir, adaptar la ‘Ratio fundamentalis sacerdotalis’ a cada país y, de la mano de cada Conferencia episcopal, introducirla en todos los seminarios.

En ese nuevo plan nacional de formación sacerdotal hay que apostar, según el prelado, por “una formación integral, que abarque la totalidad de la persona, con sus cuatro dimensiones: humana, espiritual, intelectual o académica y pastoral”.

Es decir, una buena formación inicial de los candidatos a curas y también una buena formación permanente, siguiendo la “mística discipular”, porque “los sacerdotes deben estar siempre dispuestos a aprender los secretos del Reino y ser instrumentos necesarios para avivar el don del ministerio pastoral”

A su juicio, se suelen achacar los problemas del sacerdocio a una deficiente formación inicial que, ciertamente, “es decisiva, pero no podemos exigir al seminario que garantice un ministerio feliz y perfecto”, sobre todo “si descuidamos la formación permanente”.

De hecho, “las consecuencias del descuido de la formación permanente pueden ser graves, porque corremos el riesgo de convertirnos en hombres humanamente poco sociables, pastoralmente desilusionados, humanamente vacíos y culturalmente pobres“.

Formación con discernimiento

Además de ser integral, inicial y permanente, la formación sacerdotal ha de estar basada, según el prefecto del Clero, en el discernimiento, “un concepto clave de la ‘Ratio’ y del pontificado del Papa Francisco”. De ahí que el cardenal recordase que el Papa suele decir que “se ha vuelto a imponer una rigidez opuesta al discernimiento”.

Un discernimiento que tiene que pasar por la “evaluación física y psíquica” de los seminaristas y en una vigilancia atenta a su itinerario y procedencia. Y Stella puso ejemplos concretos. No se debe admitir a un seminarista, procedente de otro seminario, sin pedir informes. Una práctica habitual en algunas diócesis españolas, carentes de vocaciones propias y que las ‘importan’ sin hacer preguntas.


El prefecto del Clero también advirtió a los obispos que no deben ordenar a seminaristas en caso de que tengan alguna duda sobre ellos y les invitó a crear seminarios interdiocesanos, donde hay más seminaristas y una mejor formación para ellos, al tiempo que reconocía que “a veces, encontramos resistencias en los obispos para aplicar estos criterios”.

También pidió el cardenal Stella a los obispos una especial vigilancia y control de los seminarios de asociaciones o movimientos y les instó a “consultar por lo menos al presbiterio y a los obispos de la provincia eclesiástica”, antes de dar el placet a su instalación en la diócesis. También puso en guardia Stella a los obispos respecto a los jóvenes “convertidos el sábado y que el lunes piden entrar en el seminario”

A su congregación también llegan “casos de sacerdotes ordenados contra el parecer de sus formadores”, al tiempo que el prefecto denunciaba “el excesivo optimismo antropológico de algunos formadores, que están convencidos de que los expulsados de otros seminarios pueden ser curados, pero estos milagros son poco habituales”.

Tras reconocer que, “en muchas partes del mundo, las vocaciones al sacerdocio escasean”, el prefecto vaticano invitó “al diálogo y la comunión entre los obispos” y “entre el obispo y los formadores”. Porque, a su dicasterio llegan, asimismo, quejas de “obispos que intervienen demasiado en la vida del seminario” y de “formadores de seminario, que trabajan al margen del obispo”.

De ahí la importancia de una buena selección de formadores de los seminaristas, con madurez humana y espiritualidad, formación y calidad pastoral, asi como con “conocimientos de psicología, para tratar los problemas que bastantes seminaristas presentan”. Y sentenció: “Hay que invertir tiempo y dinero en el equipo de formadores”.

Y, por encima de todo, la fraternidad sacerdotal”, porque, a veces, “reinan entre los sacerdotes la envidia y la calumnia”. Stella recordó a este respecto lo que suele decir el Papa: “Lo que más destruye la fraternidad sacerdotal son los chismes. Chismorrear es un acto terrorista”.

Osoro: “Acoged los cambios en el corazón”

El arzobispo de Madrid, tras agradecer la presencia y la conferencia del cardenal Stella, clausuró la jornada, instando a asumir la nueva ‘ratio’, que “requiere también de nosotros un cambio”, para hacer presente el ministerio sacerdotal “en esta época nueva que tenemos y que estamos viviendo”.

Consciente de que a algunos de sus seminaristas también les cuesta cambiar de modelo formativo, el cardenal Osoro les recordó que son ellos los que tienen que ser protagonistas de este cambio y les animó: “Acoged los cambios en vuestro corazón”. Porque “la Ratio no es algo que nos viene impuesto de Roma, sino una ayuda, para vivir lo que el Papa Francisco quiere”.