Frase evangélica: «Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo»

1. Para redactar con orden las enseñanzas de Jesús, Mateo presenta cinco discursos sobre el reino de los cielos: el discurso de la montaña (caps. 5-7), el discurso apostólico (cap. 10), el discurso parabólico (cap. 13), el discurso eclesial (cap. 18) y el discurso escatológico (cap. 25). El evangelio de hoy pertenece al discurso eclesial, que está formado por una serie de instrucciones a los discípulos. Se trata, sobre todo, de apoyar a los hermanos más pequeños. En una primera parte (vv. 1-14), Jesús pone como modelo a un niño, para indicar que la pequeñez es el canon de la grandeza del reino. Dios se identifica con el niño, con el pequeño, con el pobre.

2. El evangelio de este domingo afirma que el débil/pecador está expuesto a perderse. Un caso límite es el del hermano cristiano convertido en pecador público. La corrección fraterna se dirige a quienes han faltado gravemente contra los hermanos en la fe. Sirve como ayuda en el proceso de conversión. Esto contrasta con nuestra actitud: apenas cuenta la vida de la comunidad, y con frecuencia criticamos y no corregimos.

3. Las tres sentencias que siguen a la corrección fraterna, referidas a la autoridad del discípulo, a la eficacia de la oración en común y a la presencia del Señor en medio de la asamblea, indican que la vida de la Iglesia es comunitaria. En una línea vertical, la oración se dirige al Padre de todos; en una línea horizontal, debe fomentarse la fraternidad de los cristianos.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Por qué no nos ayudamos más con la corrección fraterna?

¿Nos reunimos de verdad en comunidad?

CASIANO FLORISTAN