Salmo CXVIII

R./ Dichoso el que camina en la voluntad del Señor

Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R/.

Tú promulgas tus decretos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus consignas. R/.

Haz bien a tu siervo:
viviré y cumpliré tus palabras;
ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu voluntad. R/.

Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes,
y lo seguiré puntualmente;
enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón. R/.

 

Viviré y cumpliré tus palabras; ábreme los ojos, y contemplaré las maravillas de tu voluntad.

Para intuir las maravillas del Señor, Él tiene que abrirnos un poco los ojos.

Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón

Para un creyente, lo más difícil, y a veces lo más sencillo, es descubrir la voluntad del Señor.

Al final de nuestras vidas se convierte en lo más importante.

Luis Alemán Mur