Salmo XXXIX

R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R/.

Como está escrito en mi libro:
«Para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R/.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R/.

Yo esperaba con ansia al Señor;

¿Es un pensamiento de los israelitas o de todo hombre pensante?

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas

Siglos diciendo esto. Pero todas las religiones no saben más que ofrecer sacrificios y ofrendas.

Quizá los cleros de todas las épocas y religiones viven de los sacrificios y las ofrendas. Pero Dios no forma parte de ningún clero

Luis Alemán Mur