Iglesia de comunidades. No de sacerdotes.

Siempre he sospechado. Hoy ya no se trata de sospecha. Hoy pienso, con toda la soberbia que Vds. quieran, que la dogmática de la Iglesia está acostumbrada a sacar conclusiones de las Escrituras a base de forzar las Escrituras, para que digan lo que nunca pasó por la mente de las Escrituras.

El Papa Ratzinger en la exhortación apostólica “Sacramentum caritatis”, dice en el cap. IV: “La relación intrínseca entre Eucaristía y sacramento del Orden se desprende de las mismas palabras de Jesús en el Cenáculo: haced esto en conmemoración mía

El Papa no descubre nada nuevo. Repite lo que habitualmente se estudia en el llamado sacramento del orden.

No entro ni de lejos en el tema. No es el momento. Sí afirmo que la Iglesia Católica tiene pendiente un estudio serio, valiente sobre su doctrina de sacramentos en general y, en particular, sobre el llamado sacramento del orden.

Quede subrayado el debilísimo argumento de querer exprimir de una frase de Jesús “haced esto en memoria mía” todo el tinglado sacerdotal, episcopal y eclesial.

Decir que Jesús fue sacerdote es simplemente una metáfora. Creo poder decir con las Escrituras en las manos, y con la tradición de los primeros siglos, que con Jesús se acabaron los sacerdotes. Después de Jesús, ya no hay sacerdocio que valga ni se necesite. Se acabó la teología pagana de tener sacerdotes que ofrezcan los sacrificios sobre los altares, inciensen los templos de la Divinidad, detenten poderes de orden divino, o sirvan de intermediarios entre los hombres y Dios.

Hoy día, la Luz, los tiempos, y la realidad nos llevan, poco a poco, hacia una iglesia de comunidades, dejando atrás el tufo pagano de antes de Cristo que permanece en la actual iglesia sacerdotal

Jesús conoció, por supuesto, y practicó la oración de bendición aprendida desde su infancia Y lo practicó en privado y como jefe de asamblea o presidiendo una comida.

Bendiciones privadas o personales de Jesús.

Mt 11:25-27

En aquella ocasión exclamó Jesús:

Bendito seas,

Padre, Señor de cielo y tierra,

por haber ocultado esto a los sabios y a los listos,

y por haberlo revelado a todos los humildes.

Sí, Padre, bendito seas, porque así ha sido tu voluntad.

Mi Padre me lo ha entregado todo; al Hijo lo conoce sólo el Padre y al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Ya sean palabras exactas de Jesús o bendiciones elaboradas por las primeras comunidades, aquí se encuentran todos los elementos de una bendición judía: Aclamación; Título; Anamnesis (recuerdo) de dos maravillas de Dios: 1ª.-la revelación a los pobres 2ª.-el envío de su Hijo para dar a conocer a su Padre.

Otra bendición privada de Jesús: Resurrección de Lázaro.

Jn 11:41,42.

Entonces quitaron la losa. Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: –

“Gracias, Padre, por haberme escuchado.

Yo sabía que siempre me escuchas, pero lo digo por la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.”

Bendiciones presbiterales de Jesús como presidente de asamblea y comidas:

Multiplicación de los panes.

Mt 14, 19. “pronunció una bendición”

Mt 15, 36  “pronunció una acción de gracias”

Última cena.

Mc 14, 22: “pronunció una bendición”

Mc 14, 25: “dio gracias”

Emaús

Lc 24, 35: “Cómo le habían reconocido al partir el pan”

En esta última de Emaús, lo más seguro es que lo reconocieran por la bendición que dijo antes de partir el pan. Pero en ninguna de estas citas se nos deja el texto de la bendición.

“En todo caso, él ha bendecido siempre a su Padre, por el pan recibido de su mano, por la tierra prometida que ha producido este pan, y por todas las maravillas antiguas.” (Thierry Maertens en Pastoral de la misa a la luz de la tradición)

En la última comida, el pan y el vino que tiene en sus manos, son la señal de la maravilla nueva y actual: la presencia del Hijo de Dios en el mundo.

El origen judío de las primeras comunidades marcó el ritmo o ritual de las primeras conmemoraciones para partir el pan. Allí quedó fraguado el texto que reproducen Mc y Mt

Mc 14:22

“Mientras comían cogió un pan, pronunció una bendición, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: -Tomad, esto es mi cuerpo.

Y, cogiendo una copa, pronunció una acción de gracias, se la pasó y todos bebieron de ella.

Y les dijo: -Esta es la sangre de la alianza mía, que se derrama por todos.

Os aseguro que ya no beberé más del producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba nuevo en el reino de Dios.”

En ninguna de estas bendiciones vemos al Jesús sacerdote. Sólo vemos a un Jesús presbítero.

DICCIONARIO BIBLICO MANUAL. (Editorial Claret.)

Presbítero (“anciano“) Nombre dado a los presidentes de las comunidades crist. (Hech 11, 30) El director propiamente de las comunidades es Cristo: de Él reciben los presidentes toda su autoridad (Rom 12, 8) No son simples delegados, sino que prestan un servicio decisivo con su dedicación a construir interna y externamente las propias comunidades. En el desarrollo posterior del sacerdocio cristiano no fue éste el ideal que prevaleció en la mayoría de los casos, sino que se tomó por modelo al sacerdote del AT. En los textos de las Sagradas Escrituras no se hace aún ninguna distinción entre Presbítero y obispo.

Luis Alemán Mur