Frase evangélica: «Yo soy el pan de vida»

1. Con frecuencia, el pueblo busca un líder que le ahorre esfuerzos y realice el milagro de resolverle todas sus dificultades. Así es como «la gente» buscaba a Jesús: no como liberador/salvador, sino como solucionador milagroso de problemas. Pero la respuesta de Jesús es inesperada: para tener vida se requiere «adhesión» al proyecto de Dios y pan que «dé vida al mundo», signo revelador de la justicia del reino. Comer con fe el pan de Dios es seguir a Jesús.

2. En definitiva, hay que hacer «el trabajo que Dios quiere», es decir, ganarse el sustento, el provisional y el definitivo. El pan, amasado con el esfuerzo del hombre y de la mujer y compartido fraternalmente con los pobres, es símbolo de justicia y de caridad. Pero con frecuencia vemos el pan sin amor, del mismo modo que vemos el cuerpo de Jesús sin su Espíritu.

3. La eucaristía, bajo la figura de banquete, es comunión con Jesús hecho carne, con su persona, su palabra y su obra. Es memorial de la muerte y resurrección de Jesús. Es sacramento de la fe. Y es símbolo comunitario.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Son nuestras eucaristías banquetes de vida?

¿Qué significa, de hecho, la comunión?

CASIANO FLORISTáN