Salmo IV
R/. Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor

Escúchame cuando te invoco,
Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Hay muchos que dicen:
«¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro
ha huido de nosotros?»
En paz me acuesto
y en seguida me duermo,
porque tú solo, Señor,
me haces vivir tranquilo. R/.

Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor

Por este versículo se escogió para este día, este Salmo.
El rostro de un creyente tendría que reflejar paz, bondad, alegría.

«¿Quién nos hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»

¿De dónde vendrá la paz, la bondad, la alegría sino es de la Fe?

Luis Alemán Mur