El Papa, a la Rota Romana: “No cierren la salvación de las personas dentro de las constricciones del legalismo” 

¡Cuánto quisiera que todos los procesos fuesen gratuitos!», subraya Francisco

La Iglesia también conoce los sufrimientos de muchos núcleos familiares que se destruyen, dejando detrás de sí las ruinas de las relaciones afectivas, de proyectos, de expectativas comunes

Jesús Bastante

«No cierren la salvación de las personas dentro de las constricciones del legalismo. El derecho está orientado a la salvación del hombre», es la exhortación del Papa Francisco a los miembros del Tribunal Apostólico de la Rota Romana, a quienes recibió en audiencia este viernes 23 de enero en la Sala Clementina del Vaticano.

En sus saludos el Santo Padre manifestó sus mejores deseos a todos los integrantes de la Rota Romana al inaugurar un nuevo Año Judicial. En esta ocasión dijo el Papa: “quisiera reflexionar sobre el contexto humano y cultural en el cual se forma la intención matrimonial”. Recordando las palabras del Beato Pablo VI y la crisis de valores de la sociedad, resaltó las enfermedades a las cuales está expuesto el hombre moderno: “está a veces afectado por un relativismo sistemático, que lo lleva a las opciones más fáciles de las situaciones, de la demagogia, de la moda, de la pasión, del hedonismo, del egoísmo, así que exteriormente trata de seguir la “majestad de la ley”, e interiormente, casi sin darse cuenta, sustituye al imperativo de la conciencia moral el capricho de la conciencia psicológica”.

Está perdida de una perspectiva de fe, señaló el Pontífice: “desemboca inevitablemente en una falsa conciencia del matrimonio, que no está privada de consecuencias en la maduración de la voluntad nupcial”. Ciertamente el Señor, en su bondad, dijo el Papa, “concede a la iglesia de alegrarse por las muchas familias que, sostenidas y alimentadas por una fe sincera, realizan en la fatiga y en la alegría diaria los bienes del matrimonio, asumidos con sinceridad en el momento de la boda y continuados con fidelidad y tenacidad”. La Iglesia también conoce los sufrimientos de muchos núcleos familiares que se destruyen, dejando detrás de sí las ruinas de las relaciones afectivas, de proyectos, de expectativas comunes.

En este sentido, el Papa, invitó a los Jueces a actuar su análisis judicial cuando existe laduda sobre la validez del matrimonio, para aceptar sí existe un vicio al origen del consenso matrimonial. La crisis del matrimonio, señaló Francisco, tiene a menudo en su raíz, la crisis del conocimiento iluminado por la fe, es decir, de la adhesión a Dios y a su designio de amor realizado en Jesucristo.


Recorriendo a su experiencia, el Obispo de Roma dijo: “la experiencia pastoral nos enseña que existe hoy un gran número de fieles en situaciones irregulares, en cuyas historia ha tenido gran influencia la mentalidad mundana. Existe de hecho, una forma de mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia y que lleva a perseguir, en vez de la gloria del Señor, el bienestar personal”.

Uno de los frutos de esta actitud afirmó el Papa, es «una fe cerrada en el subjetivismo, donde únicamente interesa una determinada experiencia o una serie de razonamientos y conocimientos que se puedan confortar e iluminar, pero donde el sujeto en definitiva permanece cerrado a la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos».

Por esto el juez, señaló el Sucesor de Pedro, “al considerar la validez del consenso expresado, debe tener en cuenta el contexto de valores y de fe – de la carencia o ausencia – en la cual la intención matrimonial se ha formado. De hecho, el no conocimiento de los contenidos de la fe podría llevar a aquello que el Código llama error determinante de la voluntad”. Esta eventualidad no amenaza solo la estabilidad del matrimonio, su exclusividad y fecundidad, sino también la ordenación del matrimonio al bien del otro, el amor conyugal como “principio vital” del consenso, la reciproca donación para constituir el consorcio de toda la vida.

Quisiera por lo tanto exhortarles, concluyó el Papa Francisco, “a un fuerte y apasionado compromiso en su ministerio, puesto a tutela de la unidad de la jurisprudencia en la Iglesia. ¡Cuánto trabajo pastoral por el bien de tantas parejas, y de tantos hijos, muchas veces victimas de estas cosas! También aquí, hay necesidad de una conversión pastoral de las estructuras eclesiásticas, para ofrecer el opus iustitiae a cuantos se acercan a la Iglesia para poner en claro su propia situación conyugal”.

Esta es su difícil misión, les exhortó el Santo Padre, como la de todos los jueces en las diócesis: “no cerrar la salvación de las personas dentro de las constricciones del legalismo. La función del derecho está orientada a la salvación del hombre a condición que, evitando sofismos lejanos de la carne viva de las personas en dificultad, ayude a establecer la verdad en el momento consensual: es decir, si fue fiel a Cristo o a las falsedades de la mentalidad mundana”.

Recordando las numerosas causas que se encuentran en la Rota Romana de modo gratuito, subrayó: “los Sacramentos son Gratuitos. Los Sacramentos nos dan la gracia. Y un proceso matrimonial toca el Sacramento del matrimonio. ¡Cuánto quisiera que todos los procesos fueran todos gratuitos!

Antes de concluir, les reiteró sus saludos y gratitud por el trabajo que realizan, por el bien que hacen al pueblo de Dios, sirviendo a la justicia. Invocó la asistencia divina sobre su trabajo y de corazón les dio la Bendición Apostólica.